El verano 2018 tiene ya un claro protagonista: los flecos. Y los brillos, que también darán mucho que hablar. O por lo menos ésa es la apuesta de varios diseñadores españoles para la próxima temporada. Teresa Helbig, Juana Martín y el asturiano Marcos Luengo auguran un verano plagado de "bling-bling", explosión de oros y un regusto a ese look del desierto americano que trae consigo la Ruta 66. El encargado de abrir la tercera jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid, ex Cibeles, fue el modisto moscón. Manteniendo su línea sobria y elegante, Luengo dio un paso más para el que fue su segundo desfile dentro del calendario oficial de la pasarela madrileña. Con la comodidad como bandera, y un otomán desgastado -un tejido oriental semielástico- como punto de inspiración, el diseñador elaboró 59 looks que arrancaron la ovación del público. Formas ligeras y amplias en pantalones baggy, vestidos de doble tejido con cremallera para facilitar el lavado, faldas evasé y sus característicos abrigos oversize, a los que sucumbió la Reina Letizia. Chalecos de lino, vestidos camiseros de satén que flotan sobre el cuerpo y piezas de metacrilato que decoran prendas y complementos de ante y piel (pitón y avestruz incluidas) definen la propuesta. "El tejido de flecos dorados lo encargué a París. Es un capricho", afirmó el diseñador. También lo es la seda estampada con la acuarela que hizo para él la pintora ovetense María Abascal. "Vino a hacerse el vestido de novia conmigo, me dijo que pintaba y me enseñó el material. Le pedí una acuarela y me hizo esta maravilla", añade. Una colección que estará en su atelier de Oviedo, en los puntos de venta que tiene por toda España y Portugal y en la nueva tienda que inaugura el miércoles en la zona más lujosa de compras de la capital, en el callejón de Jorge Juan.

La diseñadora catalana Teresa Helbig fue otra de las estrellas de la jornada. "Bienvenidos al casino. Es una colección para jugar y soñar. Es lo que tenemos que hacer los diseñadores, crear piezas únicas para ese momento especial, que den ese 'algo más' que los imperios del 'low cost' no pueden dar", indicó la modista. Su "Rien ne va plus" es una explosión de dorados, cadenas sobre tul invisible, minivestidos de volantes o de cadenas lacadas con más de 300 horas de trabajo detrás, sastrería con hombreras en piel de pitón y vestidos largos llenos de transparencias o de terciopelo con boas de plumas incorporadas, que seguramente desfilarán en las alfombras rojas que se avecinan. No faltó un guiño al número asociado a la mala suerte, el 13, en anillos dobles, y un homenaje a Paco Rabanne, con un tigre pintado a mano, que da buena muestra del trabajo artesanal que caracteriza a la casa Helbig. Y del casino a la Ruta 66 de la mano de Juana Martin. Al ritmo de clásicos del rock norteamericano como "Sweet Home Albama", la andaluza se adentra en los años 30 para relatar con prendas una de las peores épocas de la historia del país. Inmigración, supervivencia y falta de recursos que se superan con fortaleza, fe y tenacidad. Vestidos y conjuntos de dos piezas de tela vaquera y tachuelas que contrastan con vestidos ligeros de inspiración campera con estampados que recuerdan al desierto americano. Las plumas, las cadenas, los flecos y los volantes ponen la nota alegre para superar la Gran Depresión.

Con la tecnología como aliada, el alicantino Juan Vidal iluminó la pasarela con su "Lula Rock-A-Hula". "Es un viaje a Hawai, pero desde mi piso, como decía 'Mecano'", bromeó. Precisamente, la famosa canción del grupo madrileño fue uno de los temas que animaron su reinterpretación de los tópicos del paraíso: collares de flores, faldas hawaianas, estampados tropicales, etcétera. Vestidos con juegos de volúmenes en rojo lava, pareos laterales, conjuntos llenos de transparencias y faldas con flecos de rafia que transportan a la mujer que las lleva a las playas de arena blanca y agua turquesa. Precisamente el agua es también el motivo que inspira la colección de Maya Hansen. Estampados de barcos en vestidos miniajustados, corsés y pantalones vaqueros de corte años 90 y botas por encima de la rodilla para un verano al borde del mar. La madrileña María Escoté rindió su particular homenaje a Lady Di en su colección. "Reina sin trono, mito eterno e icono de los 80 y 90", explica la diseñadora. Trajes chaqueta con estampados de flores multicolor o de charol en tonos neón, jerséis oversize con el rostro de la princesa del pueblo británico y vestidos largos dignos de monárquicas rebeldes. El broche de la jornada lo puso Custo Barcelona, con una colección de inspiración callejera, con las gorras, los brillos y las transparencias como principales apuestas.