Marilia Andrés Casares (Cuenca, 1974) recordada por ser la mitad del grupo "Ella Baila Sola", emprendió hace casi cinco años su camino en solitario. La cantante, que afirma estar enamorada de Asturias, presentó ayer en el Festival de Cortometrajes de Gijón su segundo trabajo, "Infinito", un álbum "sencillo y grabado con mucho cariño".
- ¿Cómo fue su regreso en solitario a la música tras "Ella Baila Sola"?
-Para mí la música es muy importante y la he disfrutado desde pequeña. Empecé escribiendo poemas, luego canciones y siempre he disfrutado de la música de los demás. Luego conocí a mi compañera (Marta Botía) y tuvimos la suerte de llegar a mucha gente. Gracias a esa experiencia se abrió para mí un camino profesional y ahora puedo vivir la música desde dentro de la industria, que es muy diferente a lo que es ser músico. Con el tiempo, de forma natural, he seguido componiendo y grabando.
- Hábleme de su nuevo disco, "Infinito".
-Es un agradecimiento a la gente que ha hecho posible que esas canciones salgan a la luz. "Infinito" es un disco muy sencillo con canciones de todas mis etapas. Es muy acústico, con guitarra, voz y batería; muy orgánico, hecho con mucho cariño y grabado en directo en un día y medio. Es un homenaje a veinte años de canciones compartidas con la gente.
- ¿Cuál es su conexión con Asturias?
-Mis bisabuelos se enamoraron de Asturias y nos lo contagiaron a las generaciones siguientes. Nos encantan el paisaje, la gente, el carácter? Siempre acabo viniendo aquí, es mi segunda casa. Mi unión con Asturias empezó desde que estaba en el vientre de mi madre. Siento una conexión especial con esta tierra y me gusta venir a relajarme y a conectar. Intento ir a menudo, aunque a veces no puedes estar todo lo que quieres.
- ¿Cuál es el mejor momento para componer?
-Tener algo que decir es lo primero. A veces te pones delante de la página en blanco y surgen cosas que no habías planeado. La inspiración viene a veces de golpe y te puede pillar en cualquier sitio, pero es mejor tener un boli en la mano y una guitarra. Es un oficio precioso, pero no son sólo diez minutos de inspiración, hay que echar muchas horas de trabajo.
- ¿El músico nace o se hace?
-La música es de todos y todos la tenemos dentro. El músico es como una profesión más. Muchas veces se piensa que es una profesión muy adolescente. Es cierto que tiene una parte de sueño y de creer en algo. En cada etapa tienes unos regalos, porque lo que compones a los 20 años no es lo mismo que a los 40, pero hay un camino necesario que es una aventura.
- ¿Cuáles son sus proyectos de futuro, más allá de este último disco?
-En este momento estoy haciendo conciertos y componiendo para el siguiente disco. El 13 de noviembre toco en la sala Galileo de Madrid y después me voy a México a presentar allí el disco. Me importa disfrutar del presente y de lo que esté por venir.
