Si hay algo que define a la familia Masaveu es su pasión y defensa del arte. Por eso, no sorprende que éste sea la principal fuente de inspiración de las joyas creadas por Cayetana Blanca Masaveu (Oviedo, 1990), hija de Alicia Castro Masaveu y de Silverio Blanco. La joven creadora acaba de instalarse definitivamente en Madrid, donde ha abierto su propio estudio muy cerca de la milla de oro de la capital, y de finiquitar las piezas que componen la primera colección de su marca de joyería, Mass Milano -en honor a las dos 's' que llevaba originalmente su apellido y a la ciudad en la que terminó sus estudios de joyería y donde se fabrican todas las piezas a mano, por orfebres milaneses-, que saldrá a la venta en las próximas semanas vía web. "Me voy a Nueva York en unos días para hacer las fotos de la campaña. La web ya está terminada y queremos que estén subidos los productos antes de Navidad", afirma la joven.

Aunque hace tiempo que las joyas se han convertido en el centro de los pensamientos de esta joven, la creación de su marca propia es relativamente reciente. "Ha sido un proceso largo de investigación, de estudio, de ver muchas cosas que no funcionaban, de definir los objetivos, de tomarse tiempo para crear los prototipos?" Así hasta conseguir hacer realidad su sueño. "Quería crear joyas básicas y elegantes, y que se pudiesen intercambiar. Que inspirasen a cada persona a diseñar la suya propia. Y creo que lo he conseguido, o por lo menos esa es la base de la primera colección, 'Cool meets classic'. No hay dos piezas iguales y sus mezclas son infinitas. Es como un juego". Y es que fue precisamente un juego de Lego que vio en casa de una amiga lo que le ayudó a encontrar el camino por el que quería ir: piezas exquisitas, con formas sencillas, en las que fuera posible poner, quitar e intercambiar de mil maneras. "Busco que mis joyas sean inspiradoras para la mujer o el hombre que las lleva puestas, como son las piezas de arte para mí. El arte me da una perspectiva del mundo y de la vida distintas, y las joyas también pueden hacerlo. Cada pieza significa algo, tiene una historia detrás", comenta entusiasmada mientras muestra las dos pulseras que lleva en su muñeca. "Una lleva en mi familia desde los años 50, y va pasando de generación en generación. Es súper especial. La otra nos la hizo mi madre a mi hermana y a mí, para que la llevásemos igual".

Sus piezas son un claro reflejo de su estilo personal. Piezas divertidas, vanguardistas, que son tendencia pero sin caer en modas pasajeras, y que aportan ese toque de elegancia imprescindible, eso sí, sin salirse de la discreción. "Me gusta lo bello, pero simple, discreto. Si algo pequeño consigue llamar la atención, es un acierto". Y los pendientes, anillos, pulseras y 'choker' de las dos líneas de esta colección -'Permanent collection', en la que se enmarcan las piezas que espera se conviertan en sus iconos de marca; y 'Jigsaw Collection', que significa rompecabezas en inglés y que reúne esas joyas que son intercambiables entre sí- lo consiguen. Con el oro como material estrella, Blanco Masaveu presenta una línea de pendientes depurada, que van desde los aros de diamantes que no necesitan agujeros, a los básicos de cruz que no pasan de moda y a unos más "trendy" con cadena XL que ya se han convertido en el más deseado por las que los han visto. Su 'choker' y su brazalete de oro rígido y diamantes son piezas que impactan al primer golpe de vista. Igual que los anillos, aparentemente sencillos, acabados en pico o con la clásica forma redondeada, pero que cambian por completo la mano que los luce. Además, para estos anillos, introduce un material innovador y en pleno auge, como es el rodio negro. "Eso me permite hacer joyas de un precio más asequible para llegar otro tipo de público". Aunque ella tiene claro quién es su posible compradora. "Una mujer o un hombre de 24 a 44 años, que conviven con el arte y la vanguardia en su día a día, y que valoran los diseños que tienen ese toque de novedad pero no pasan de moda".

Desde que se lanzó definitivamente con este proyecto, la joven va dando pasos lentos y seguros para conseguir que sea una marca reconocida a nivel internacional. "Aunque Mass Milano es mi trabajo y mi prioridad, sigo haciendo cosas para muchas marcas -entre ellas Cèline o Saint Laurent- en las fashion weeks como comercial de ventas. Eso es lo que me permite invertir en mi firma y seguir adelante. Además ese trabajo, en diferentes aspectos de la moda, desde ventas a comunicación, es lo que me ha permitido tener muchos contactos dentro del mercado y saber qué hacer en cada departamento". Y uno de esos aprendizajes clave es el de crear un universo alrededor de su propia firma, no quedarse estancada. "Voy a diseñar una línea de camisetas y sudaderas para la promoción de las joyas, que combinen con ellas. La intención es recrear un universo Mass Milano, el perfecto 'lifestyle' de la chica y el chico del futuro", afirma.