Los ovetenses Arturo González y Dulce María Martínez están enamorados de Asia. Han visitado Japón, Camboya, Singapur, Birmania. "Vietnam es espectacular", proclaman. En China, sus lazos con el continente asiático se estrecharon mucho más porque de Shanghai procede su hijo Jing Fen González Martínez, de 10 años, quien pasó la primera mitad de su vida en su país natal y hace cinco años vino a vivir a Oviedo con sus nuevos padres. Ayer, los tres integrantes de esta familia pudieron visitar China sin salir de Oviedo. A las cinco de la tarde, la exposición "Los guerreros de terracotta", organizada por LA NUEVA ESPAÑA, abrió sus puertas en las instalaciones del centro comercial Los Prados. "Es fascinante, es una obra inmensa", destacó Arturo González al final del recorrido.

La muestra, que ha cosechado éxitos relevantes en sus anteriores escalas en ciudades españolas, constituye un apasionante viaje en el tiempo a las antiguas dinastías que han marcado la singular historia de China. Pero sus principales protagonistas son las reproducciones, en escala real, de las figuras de los denominados "Guerreros de Xi'an", que fueron enterradas junto a Qin Shi Huang, primer emperador de la dinastía Qin, en torno al año 210 a. C. No se trataba de un puñado de figuras, sino de una ciclópea tarea de aquellos antiguos artesanos que llegaron a crear algo inconcebible hasta entonces: un ejército de 8.000 soldados de cerámica.

La exposición consta de figuras de guerreros, de armas que empleaban y de otras piezas de la época. Desde 1987, el hallazgo arqueológico de estas figuras y objetos -que data de 1974- fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En el año 2010, el equipo que llevó a cabo estas excavaciones fue galardonado con el premio "Príncipe de Asturias" de Ciencias Sociales.

Repasemos los detalles de este magno descubrimiento, y así entramos en materia de lo que la exposición ofrece: "En 1974, unos campesinos que cavan un pozo cerca de la ciudad china de Xi'an descubren su trabajo: extraños fragmentos de cerámica esculpidos en forma humana. Arqueólogos chinos realizan las primeras excavaciones y lo que descubren resulta impactante. Ocho mil guerreros de arcilla. Infantería, arqueros, generales, caballería... enterrados en tres fosos próximos a la tumba de uno de los hombres más poderosos que ha dado la historia: el brillante soldado e implacable conquistador Qin Shi Huang".

Este pasaje está incluido en un amplio documental audiovisual que se ofrece a los visitantes. Antes, el espectador habrá podido acceder a un espacio que reproduce el foso original en el que las piezas fueron halladas. Durante el recorrido, el espectador se ve envuelto en una atmósfera con sonidos místicos y una tenue iluminación adecuada que le hace viajar con la imaginación a la antigua China, en concreto a dos dinastías: la Quin (221-206 a. C.) y la Han (206 a. C.-220 d. C.). La vertiente didáctica la completan amplios paneles explicativos bilingües (en español e inglés) que, por ejemplo, destierran algunos mitos sobre la célebre Muralla China. Otros letreros de menor tamaño especifican el contenido de cada vitrina.

La exposición muestra guerreros de diversos estamentos, y también objetos y armas. Arcos, ballestas, espadas largas y cortas, alabardas y lanzas constituyen el arsenal que la muestra ofrece. Arqueros arrodillados y de pie, guerreros con armadura laminar y ayudantes con armadura forman parte del elenco humano. El catálogo de objetos incluye, entre otros enseres, discos, piedras instrumentales, campanas, vasijas, monedas y un dragón con cuerpo de tigre.

La historia de China ofrece episodios estremecedores que en la exposición están patentes o latentes. En el año 537 a. C., Qin Jing Gong, gobernador del pequeño reino de Qin y ancestro del primer emperador, falleció, y se llevó consigo a 186 personas, que fueron enterradas vivas (ministros, sirvientes y soldados). Así seguía una tradición china milenaria.

Trescientos años más tarde, el primer emperador, el gobernador más poderoso de la historia de China, también enterró a oficiales, sirvientes, artistas y ocho mil soldados en su tumba... pero estaban hechos de arcilla. Y las reproducciones de algunas de estas figuras, con alturas que oscilan entre 1,66 y 2,02 metros, y pesos de 120 a 220 kilos, pueden verse en el Centro Comercial Los Prados desde ayer hasta el próximo 28 de febrero.

El horario de la muestra va de las 17.00 a las 21.00 horas de martes a viernes, y de 11.00 a 14.00 horas, y de 16.00 a 21.00 horas, los sábados, domingos y festivos. Los precios de las entradas son de 6 euros para los niños de hasta 12 años, de 8 euros para los adultos, y de 22 euros en el caso del pack familiar (dos adultos y dos niños). Existe una oferta para colegios y asociaciones de 5 euros por persona.

"La exposición es interesante, sobre todo, porque muestra el trabajo tremendo que suponía en aquella época hacer 8.000 figuras", enfatizaron los avilesinos José Manuel Pérez y Mercedes Sánchez.

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