La Semana de la Moda de Madrid, ex Pasarela Cibeles, cerró ayer su 67.ª edición con una jornada protagonizada por grandes aciertos, como la maravillosa colección de Isabel Núñez, que desfilaba por primera vez dentro del calendario oficial. Y también con la presencia asturiana, gracias a los desfiles de Marcos Luengo y Miguel Marinero. Dos propuestas que dejaron un buen sabor de boca y que confirmaron que el terciopelo, los pantalones con pinzas al tobillo y los abrigos y kimonos "oversize" son y serán tendencias imprescindibles del invierno. Ayer también se entregó el premio a la mejor colección de la cita, que recayó en Oliva, el nuevo proyecto del diseñador Juanjo Oliva, y a la mejor modelo de esta edición, que fue para la madrileña Lucía López.

El diseñador moscón fue el encargado de levantar el telón en la pasarela de la Feria de Madrid. Con la obra del artista Tadanori Yamaguchi como hilo conductor, cuya obra se expone actualmente en la galería Marlborough, Luengo recreó en la pasarela un viaje por Asia, tanto en colores como en formas. Los abrigos y kimonos, de largo XL y formas amplias, se llenan de bordados en hilo de seda de inspiración oriental en las espaldas. El terciopelo es el material estrella, demostrando la importancia y majestuosidad de los tejidos. Los vestidos, en verde esmeralda, son tipo caftán; o largos y con vuelo, realizados en seda roja; o más ajustados a la silueta y estampados con hilos de lurex para conseguir brillo y para rematarlos con lazadas XL. El beige se reserva para los conjuntos de aires masculinos y de elegancia impecable. No faltaron los elementos insignia de la casa: la lana cocida, las napas y la doble faz. Por su parte, el asturiano de adopción Miguel Marinero presentó su colección "Elementos", una propuesta que salta directamente de la pasarela a la tienda. El viaje vuelve a ser el punto de partida, pero en este caso las excursiones que la familia Marinero realizaba en conjunto a la montaña y al mar para navegar. Así, la paleta de colores recorre todos esos paisajes de la naturaleza, sus luces y sombras, desde un atardecer lleno de rojos y naranjas a la oscuridad de una gran tormenta. El degradado es la técnica estrella en los conjuntos de caftanes o chaquetas y pantalones anchos de terciopelo, y en las prendas de piel, todas reversibles y con un toque renovado apto para todos los estilos. Los vestidos lenceros se combinan con abrigos largos de tweed, fabricado en París para Marinero Atelier, o de cordero merino o de zorro. Las blusas de satén y los cuerpos de mohair hacen conjunto con pantalones con pinzas; y los monos, de cuero negro o satén, muestran su lado más campestre gracias a gorros de ala ancha, realizados en colaboración con la firma Mimoki; o a "bombers" acolchadas cortas con aplicaciones de pelo. No faltan las sudaderas de lana, las faldas "midi" de crepe de lana, y la sastrería de hombre, que surge de un trabajo junto a Lander Urquijo.

Otro viaje, esta vez al pasado, es el que realizó la joven diseñadora Isabel Núñez. A partir de la obra pictórica de Tamara de Lempicka, Núñez ha creado patrones románticos y femeninos, que evocan a las décadas de los años veinte y treinta, pero con toques novedosos. Los cortes y las mezclas de texturas son la clave, dejando las costuras a la vista y creando prendas que combinan elegancia y sensualidad a cada paso. Faldas a media pierna de piel grabada y aplicaciones de porcelana con jerséis delicados de mohair, vestidos de terciopelo o de seda en rojo, mostaza, verde o rosa empolvado; abrigos de pelo con la atención centrada en los hombros, y muchos cuellos de piel y nudos en homenaje a Isadora Duncan, la coreógrafa y bailarina estadounidense que murió estrangulada por su propio pañuelo. En total, 33 looks que demuestran que las nuevas generaciones vienen pisando fuerte y que quieren darle a la mujer todas las herramientas para hondear con fuerza todo su poder.

La firma masculina García Madrid volvió a recibir alabanzas por su impecable sastrería, con chaquetas cortas, a ras de cadera, y hombreras marcadas; y por sus abrigos "oversize" en azul "navy", dominante en su propuesta, con cinturones de nudos marineros. Ion Fiz y Juana Martín compartieron desfile, y también una declaración de amor a la estética disco. Con "I am what i am", el vasco rindió homenaje a la mítica sala neoyorquina Studio 54. Brillos, asimetrías, plumas y piel ajustadas al cuerpo que se contraponen a siluetas más elegantes, como vestidos largos y blasier tipo vestido.