El cineasta austríaco Michael Haneke, doble ganador de la Palma de Oro en Cannes y Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2013, considera que el movimiento #MeToo de denuncia de abusos sexuales se ha convertido en una "caza de brujas" que genera un nuevo "puritanismo" que daña la creación. "Me preocupa este nuevo puritanismo, impregnado de odio hacia los hombres, que nos llega en la estela del movimiento #MeToo", afirma el director de cine, en entrevista al diario austriaco "Kurier", de este viernes. "Como artista, uno empieza a estar confrontado al miedo ante esta cruzada contra cualquier forma de erotismo" afirma Haneke. Según él, "'El imperio de los sentidos' de Oshima, una de las películas más profundas sobre la sexualidad, no podría filmarse hoy".

"Desde luego, cualquier forma de violación o abuso sexual debe ser sancionado. Pero esta histeria y las condenas sin proceso a las que asistimos me parecen repugnantes", agrega el cineasta, de 75 años.

Para el director de "La cinta blanca" (Palma de Oro, 2009) y de "Amor" (Palma de Oro y "Oscar" a la Mejor película en habla no inglesa en 2012), que no ha sido objeto de ninguna acusación, "cada historia que generan estas 'revelaciones', incluso en Internet, de diarios serios envenena el clima en el seno de la sociedad". A su juicio, este ambiente de "caza de brujas hace cada vez más difícil" un debate "sobre este tema tan importante" como es el acoso sexual.