Ocurrió en la catedral de Palma durante la misa de Pascua el domingo pasado. En un vídeo que se ha hecho viral se observa una escena muy desagradable, cuando doña Sofía quiere hacerse una foto con sus nietas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. Entonces doña Sofía pone sus manos encima de los hombros de las crías, mientas la Reina Letizia se interpone, no con mucho disimulo, entre la cámara y el grupo. Al ver que con los paseos "interpuestos" no impedía la fotografía, la Reina se acerca y pone su mano sobre la de su suegra mientras Leonor hace un gesto para escaparse de su abuela. Al final interviene don Felipe en una breve charla con ellas, mientras don Juan Carlos observa el "encontronazo" impresionado.

Pero el incidente no acabó ahí. La sobrina de la Reina Sofía Marie-Chantal Miller agrandó aún más la polémica al escribir en Twitter su rabia con la Reina: "Esto es muy desagradable", dijo. Y añadió: "¡Ninguna abuela se merece ese tipo de trato! (Letizia) ha mostrado su verdadera cara".

Bien distinto fue ayer en el funeral por don Juan al que asistieron Felipe VI y la Reina Letizia, acompañados por los Reyes eméritos, que presidieron en la basílica del monasterio de San Lorenzo de El Escorial la solemne eucaristía conmemorativa del 25.º aniversario del fallecimiento del Conde de Barcelona. La expectación de los medios informativos estaba centrada sobre todo en la Infanta Cristina, por primera vez en un acto público con los Reyes. La Infanta entró ayer sonriente en la basílica junto a su prima la princesa Alexia de Grecia, poco antes que su hermana doña Elena. Minutos más tarde lo hicieron don Juan Carlos y doña Sofía, junto a Irene de Grecia, y justo antes del inicio de la ceremonia, al mediodía, Felipe VI y la Reina Letizia, quienes, desde un sitial de honor junto al altar, en el lado del Evangelio, han presidido una ceremonia oficiada por el arzobispo castrense, Juan del Río.

La Infantas Elena y Cristina, que compartieron la primera fila de bancos del templo con Irene de Grecia, la infanta Margarita y su esposo, Carlos Zurita -la infanta Pilar no asistió a la misa-, abandonaron juntas el monasterio, un cuarto de hora después que los Reyes, en el mismo vehículo, junto a alguna de sus primas. Todo pareció (salvo vídeo a posteriori) más normal que en la eucaristía celebrada en Palma de Mallorca.

En su homilía, Del Río subrayó que España debe "gratitud y reconocimiento" a don Juan, sin cuya generosidad y sin cuyo sacrificio "difícilmente hubiera gozado este país de la reconciliación social, la democracia y el desarrollo de que disfruta hoy".