Nada de guerra de Reinas. Ése es el mensaje que ayer querían transmitir las conciliadoras imágenes que doña Sofía y doña Letizia propiciaron cuando se acercaron a visitar, en compañía de Felipe VI, al Rey Juan Carlos, que fue operado de forma satisfactoria para sustituirle la prótesis artificial que le fue implantada en la rodilla derecha hace siete años.

De la evidencia del relato gráfico podría deducirse que ya no queda nada del encontronazo que ambas tuvieron en la misa de Palma de Mallorca. Si en la iglesia mallorquina doña Letizia intentó obstaculizar la foto que una insistente abuela quería hacerse con sus nietas Leonor y Sofía, ayer la nuera abrió a la suegra la puerta del Mercedes en el que llegaron a la clínica. La estructura de esa imagen tenía el aire velazqueño de "La rendición de Breda". Sin picas y sin piques.

Tras abrirle la puerta del coche a su suegra con una sonrisa, Letizia la acompañó hasta la clínica en animada charla. Y todo por apagar con unas imágenes sin palabras el incendio que se abrió en las Pascua mallorquina y del que si hay que escuchar el ajusticiamiento instantáneo de las redes sociales salió malparada la Reina Letizia. Desde entonces, las redes sociales se incendiaron contra doña Letizia y a favor de doña Sofía. También en la vida real le pasaron factura a la asturiana casada con Felipe VI, pues en su primera comparecencia tras el incidente grabado en un vídeo que se ha hecho viral fue abucheada.

Pero el mensaje gráfico que la Casa Real transmitió ayer de manera evidente fue que las aguas habían vuelto a su cauce. La pareja real y la Reina madre llegaron a las 18.00 horas al Hospital Universitario Sanitas La Moraleja, en Madrid, a bordo del coche que conducía el jefe del Estado.

La Reina Letizia fue la primera en bajar del coche para abrir la puerta del asiento trasero a doña Sofía en un gesto de cortesía. A continuación, las dos Reinas caminaron juntas unos metros, intercambiado algunas palabras con cordialidad para unirse con don Felipe.

Los Reyes, con doña Sofía en medio, posaron sonrientes en la puerta del hospital ante las cámaras y los fotógrafos y saludaron con la mano. Ni una declaración.

Ambas volvieron a sonreírse antes de entrar al vestíbulo, momento en el que doña Letizia volvió a subrayar la cordialidad con su suegra al extender su mano sobre el brazo de doña Sofía para acompañarla cariñosamente.

Tanto los Reyes como doña Sofía pasaron a visitar a don Juan Carlos, en la unidad de cuidados intensivos (uci), donde va a permanecer veinticuatro horas en observación tras la intervención en la rodilla derecha.

La operación, que duró noventa minutos, se desarrolló con total normalidad y con resultado "plenamente satisfactorio", según el parte médico facilitado por el centro sanitario privado, ubicado en el norte de Madrid.

Ésta es la decimoquinta operación a la que Juan Carlos I, de 80 años, se somete a lo largo de su vida. La ha llevado a cabo el equipo encabezado por el jefe del servicio de Traumatología del hospital madrileño, Primitivo Gómez Cardero.

La última vez en la que el anterior jefe del Estado pasó por el quirófano fue el 21 de noviembre de 2013, cuando se le implantó una prótesis definitiva en la cadera izquierda.