El cantante asturiano Melendi ha dado un giro radical a su vida. Tanto es así que incluso asegura que ha recuperado la fe cristiana. Su pasado de “chico malo” ha quedado muy atrás y no solo lo demuestra con sus nuevas canciones sino con su forma de encarar la vida. Y de vestirse y peinarse. Preparándose para una macro gira veraniega que le hará recorrer media España con su nuevo disco, “Ahora”, y en la que no sonarán canciones de etapas anteriores con las que ya no se identifica, el músico ovetense ha concedido una entrevista a un diario madrileño en la que confiesa, nunca mejor dicho, que ha visto la luz en asuntos religiosos: “He recuperado la fe. La cristiana. Y eso me ha llevado a analizar mi vida en retrospectiva. Momentos de mi vida que me han dirigido hacia donde estoy. Y creo que cada uno debe coger lo mejor que hay. Una persona me ha ayudado mucho a ver las cosas”. Le dedica el disco a la Joaquina Fernández, autora del libro “Piensa en ti”, y a la que define como “una mujer increíble, una asturiana que conocí. En una mala época en la que estaba perdido me sucedían cosas que no entendía y busqué explicaciones y esta persona me dio herramientas para comprender al ser humano. Fue una suerte conocerla”. Fue ella, fallecida el año pasado, quien le ayudó a recuperar la fe.

En la entrevista publicada por el diario “La Razón”, Melendi recuerda que fue educado en la religión,_“en un falso catolicismo. Veía incoherencias como salir de misa con el discurso del pobre y no hacer nada en la calle. Lo bueno es que con los años nos vamos rediseñando”.

A la pregunta de por qué el cristianismo, el artista responde que “es creer en una persona y no como lo vende una religión sino como lo que era, alguien que veía más allá en los seres humanos. Jesucristo te decía ‘no juzgues’ y eso mismo lo afirmaban Buda o Platón. Lo que pasa es que está todo muy enturbiado. Lo que no soporto es vivir con miedo”.

Melendi también se moja en otros asuntos de actualidad como el nacionalismo: “Yo comprendo a todo el mundo porque sé que el inconsciente funciona así. Pero en ‘Tiempos de revolución’ digo mi postura: yo no soy un discurso político ni tampoco 90 minutos. Ese es el problema del mundo. Nos ponemos etiquetas para no reconocer nuestra ignorancia. Si me quitas que me llamo Ramón o que soy de aquí o que apoyo a este equipo y voto a este partido, hay gente a la que no le queda nada. Y en parte hay que aceptarlo. Está muy bien tener creencias, pero ¿matar por ellas? Nunca. Somos todos hermanos y tendrá que llegar un momento de revertir esto”. Amén.