Netta, la representante de Israel, hizo buenos los pronósticos y venció anoche en el festival de Eurovisión. La extravagante intérprete se impuso a la chipriota Eleni Foureira y al sorprendente César Sampson, el representante de Austria, que presentó batalla hasta el final.

En cuanto a los españoles, la historia de amor entre Amaia y Alfred, tuvo un final dulce sobre el escenario del Altice Arena de Lisboa. Sin pensar en la victoria, que parecía desde un primer momento una meta inalcanzable para el dúo, los dos jóvenes tiraron de química y de la calidad vocal de ella para firmar una digna actuación en el concurso, que fue muy aplaudida por la nutridísima presencia de españoles entre el público del recinto portugués. El romanticismo de la apuesta española para el concurso, acentuado con una puesta en escena sencilla y elegante, que daba todo el protagonismo a los dos intérpretes, que lo dieron todo con una balada cargada de emoción. Todo ha quedado reducido a la mínima expresión, un piano y dos enamorados que cantan al unísono con un publico entregado que ha llegado a entonar un "oh". Los dos, cogidos de la mano en todo momento, controlaron la situación a la perfección y encandilaron a las 11.300 personas reunidas en el recinto lisboeta, cuya animosa reacción se dejó escuchar en los alrededores del estadio. Una buena forma de superar el fiasco del año pasado, cuando Manel Navarro arruinó su actuación con un inoportuno "gallo" que le mandó al fondo de la clasificación.

Amaia, con vestido largo de color negro y con bordados brillantes, y Alfred, con traje granate, han hecho una puesta en escena intimista que ha dejado como únicas protagonistas a sus voces y miradas cómplices, una opción que, a juzgar por la reacción, ha triunfado con una canción que marcaba el retorno de la representación española a la lengua castellana tres años después del "Amanecer" de Edurne. Al final, la pareja española quedó en el puesto vigesimotercero, los cuartos por la cola, con 61 puntos.

La anécdota de la final de este año la puso el espontáneo saltó al escenario durante la actuación de Reino Unido en Eurovisión y le robó el micrófono a la cantante, SuRie, mientras defendía su tema "Storm".

En medio de la actuación, un hombre subió al escenario y le quitó el micrófono a la artista y trató de decir algo que no se llegó a entender porque un miembro de seguridad logró reducirlo con gran celeridad. Pese a lo violento de la situación, SuRie mantuvo la calma y hasta afeó al intruso su acción, con un irónico aplauso que fue celebrado por el público. La artista británica siguió dando palmas hasta que los efectivos de seguridad se llevaron al espontáneo y le dieron un nuevo micrófono para que pudiese seguir cantando.

Otra de las imágenes de la final fue la actuación de Salvador Sobral, que precedió a la votaciones. Ya recuperado tras el trasplante de corazón que le ha salvado la vida, Sobral presentó ante su público su nuevo sencillo, "Mano a mano". Animoso y muy activo, la imagen de Sobral estaba muy alejada de la fragilidad que mostraba un año atrás, cuando arrasó en el concurso. Sobral culminó además su actuación interpretando, a dúo con el cantautor Caetano Veloso, el tema con el que conquistó el festival: "Amar pelos dois". Una interpretación que el público, entregado, cerró con una gran ovación.