Meghan Markle no es la primera actriz estadounidense que lo deja todo por amor a un príncipe. Más de seis décadas antes, su compatriota Grace Kelly dijo adiós a una brillante carrera en Hollywood para convertirse en princesa de Mónaco. Pero la época no es la misma. Kelly fue una de las grandes estrellas del cine clásico. Markle es la protagonista de una serie de televisión.

"Meghan Markle es la Grace Kelly de la generación iPhone", resume Ana Romero, especialista española de la monarquía.

Fue un fotógrafo de la revista francesa "Paris Match" quien organizó el primer encuentro entre Rainiero III y la musa de Alfred Hitchcock durante el Festival de Cannes de 1955.

Con 26 años, Kelly, que acababa de ganar un "Oscar" por su papel en "The Country Girl", estaba en la cúspide de su carrera.

Menos de un año después pasaron por el altar. Para algunos, fue amor a primera vista; para otros, un matrimonio de conveniencia. Pero nadie duda de que la unión entre Rainiero y una de las grandes estrellas del momento colocó a Mónaco en el mapa.

"Grace Kelly dio un impulso espectacular a la imagen del pequeño principado. Los turistas comenzaron a acudir en masa con la esperanza de percibir a la nueva pareja", explica Betrand Tessier, autor de la biografía "La princesa desarraigada". Sin embargo, esta unión truncó la prometedora carrera de Kelly en Hollywood. "El príncipe no quería que sus súbditos vieran a su esposa besando a otro hombre, aunque fuera en el cine", afirma Tessier. "Éste fue el gran drama de la vida de Grace. Estaba segura de que podría regresar, pero rápidamente se dio cuenta de que no", añade. Tenía que elegir entre ser princesa o ser actriz, pero no podía ser las dos".

Más de sesenta años después, la historia se repite. Meghan Markle, que conoció al príncipe Enrique hace dos años en una cita a ciegas organizada por una amiga en común, anunció que abandonará su carrera de actriz para concentrarse en su trabajo humanitario.

"Será un nuevo capítulo", dijo con una amplia sonrisa la interprete, de 36 años, quien protagonizó el popular drama legal "Suits" durante siete temporadas. Pese a los años que luchó para labrar su carrera, es más fácil para Markle cerrar este capítulo que para Kelly.

Además, "a diferencia de Grace Kelly, a quien Rainiero le prohibió continuar en el cine, Meghan lo hace de buena voluntad, de cierta manera es consciente de que su carrera ha tocado techo", estima Adélaïde de Clermont-Tonnerre, directora de la redacción de la revista francesa "Point de Vue", especializada en familias reales. "Es más fácil renunciar a tu carrera cuando eres Meghan Markle que cuando eres una de las estrellas más grandes, más bellas y glamourosas de tu época. Grace Kelly tenía a todo Hollywood a sus pies", añade Tessier.