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Los colores del agua de Marcos Luengo inundan de asturianía la pasarela Cibeles

Madrid, Noelia HERMIDA

La Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid, ex pasarela Cibeles, bajó ayer el telón de su 68.ª edición por todo lo alto. Las lentejuelas, los hilos de lurex, los tejidos metalizados y los de efecto plástico brillante llenaron de luz la última jornada de la semana de la moda española. Uno de los que exploró ese brillante mundo fue el diseñador moscón Marcos Luengo.

"Todo empezó con una de mis clásicas visitas a faro de Cabo Vidio. Siempre que estoy en blanco, que no sé hacia dónde tirar, me escapo allí para ver el mar. Y, aunque tengo bastante vértigo, me asomo para ver los colores del agua", explicó a LA NUEVA ESPAÑA el modisto. Esos colores, esas formas y ese movimiento son el hilo conductor de su propuesta para el próximo verano 2019. Tejidos plisados que simulan el movimiento de las algas, kaftanes de seda con estampado de vegetación marina realizado por la asturiana María Abascal, joyas que parecen recién salidas del agua-collares con conchas y corales elaborados por las joyeras Quirós, y brazaletes XL de hierro pavonado realizados por el tío del diseñador-, y prendas de inspiración oriental de lino con bordados llenos de brillo, simulando los reflejos de la luz en el mar.

Las siluetas que predominan son etéreas en esencia, pero se ajustan a la cintura con fajines y cinturones con bolsillos realizados en su material estrella, la piel. Una colección que refleja el espíritu de superación constante del asturiano y que le sitúa en lo más alto de la moda española.

Otro gran triunfador de la última jornada fue Jorge Vázquez. El diseñador gallego, que se llevó el premio a la mejor colección de la edición con "Angels", convirtió la pasarela en un jardín de los años 70 por el que desfilaron mujeres de aspecto dulce y elegante, pero poderosas y letales. Es decir, las protagonistas de la mítica serie "Los Ángeles de Charlie". Los trajes de chaqueta y los monos setenteros, con bolsillos y cinturón XL marcando la cintura, se acompañan de pañuelos en la cabeza de aire "boho". Las faldas tipo pareo y las rectas son de largo midi, y se combinan con blusas de lazada, camisetas y sudaderas de neopreno. El azul marino, el rojo y el blanco se transforman en tonos nude para los vestidos de tul llenos de flores y en estampado floral. Y en verde, mostaza y violeta para las prendas de satén y de lentejuelas, desde vestidos rectos con volantes, a otros con volumen desde la cadera y escote pronunciado en pico, a pantalones cullotte con pañuelos atados tipo top.

Marina Conde, o lo que es lo mismo, La Condesa, presentó ayer su primera colección dentro del calendario oficial. Y logró convertir la pasarela gris en una piscina llena de color y brillo. Tejidos plastificados, lentejuelas y lamé son los tejidos elegidos para pichis de aire infantil, chaquetas de inspiración deportiva y trajes de inspiración Chanel. Los hermanos Iñaki y Aitor Muñoz, los nombres detrás de Ailanto, se inspiran en la figura del artesano del Art Nouveau Rene Lalique para su colección del próximo invierno. Con su clásica paleta de tonos apagados -y con notas doradas- y sus estampados naturales, en este caso flores y frutos rojos, presentaron vestidos largos que flotan sobre el cuerpo y conjuntos de dos piezas pensados para una mujer urbana y con personalidad.

Menchen Tomás recurrió a las cubanas Carilda Oliver, Catalina Lasa y Nidia Ríos para inspirarse. Y el resultado ha sido una colección protagonizada por looks monocolor -vivos, propios de la Habana-, y con el fajín -opresor- como punto de unión, en contraposición con volúmenes exagerados y tejidos llenos de "bling bling" que se apoderará del próximo verano.

Si hay algo que ha quedado claro en la pasarela madrileña es que los jóvenes talentos tienen mucho que decir. Y para muestra, dos botones: Beatiz Peñalver y Leandro Cano, que con sus propuestas han demostrado que su carrera tiene cuerda para rato.

Cano convirtió un bajo del centro de Madrid -que fue la capilla del médico de la Reina Isabel II- en un santuario, para cerrar su trilogía sobre Tauromaquia y Religión. Los bordados y los materiales nobles son los protagonistas de su trabajo, junto con las siluetas con volumen y los complementos realizados por Verbena Madrid. Por su parte, la diseñadora andaluza se inspira en la película "El guateque", de Peter Sellers para crear una colección que mira, sabe y huele a fiesta. Tules, lentejuelas, colores vibrantes, volúmenes intensos, trajes setenteros, y hombreras ochenteras.

Un lujo para celebrar.

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