La Asamblea Nacional francesa adoptó de forma definitiva la prohibición del teléfono móvil a partir de septiembre en las escuelas y algunos cursos de secundaria, una medida defendida en la campaña electoral por el presidente de la República, Emmanuel Macron. El texto prohíbe de forma taxativa el uso del móvil en el recinto escolar -así como el de tabletas o relojes con conexión- y permite que los propios centros establezcan las excepciones en sus reglamentos internos. La ley no especifica las posibles multas ni contiene detalles técnicos de la aplicación del veto, dejando las modalidades de confiscación y restitución de los dispositivos a discreción de los propios centros.