Jon Hamm, el mítico Don Draper de la aclamada serie de televisión "Mad Men", se convierte en un exdiplomático con problemas de alcoholismo que debe resolver para la CIA una crisis prebélica en el Beirut de los años 80 en "El rehén", una película, afirma, "de las que ya no se hacen".

"Queríamos hacer una película así, casi al modo de Sidney Lumet. Simplemente, ya no hacen películas así y cuando supe que el guión era de Tony Gilroy (nominado al "Oscar" por "Michael Clayton", 2007) pensé que era una oportunidad para ser parte de algo que podría tener resonancia", explica.

La película, dirigida por Brad Anderson ("El maquinista"), es un thriller de acción y espionaje que cuenta la historia de un brillante diplomático que abandonó el Líbano en los años 70, en los mejores momentos de su carrera, tras perder a su esposa en un ataque terrorista.

Es Mason Skiles (Jon Hamm), que diez años después de aquel incidente, es reclutado por la CIA para que regrese a Beirut, una ciudad que ahora está devastada por la guerra y sobrevive en un precario equilibrio de fuerzas políticas y amenazas terroristas. Skiles debe retomar sus habilidades diplomáticas para salvar la vida de un antiguo amigo y solo cuenta para ello con la ayuda de la agente de la CIA Sandy Crowder, a la que da vida Rosamund Pike, sin saber ninguno de los dos en quién se puede confiar.

"Se necesitan más personas como el guionista Tony Gilroy, gente cuyo trabajo admiro, porque sé que me planteará retos, me desafiará de alguna manera. Me gusta estar cerca de personas con esa energía", ha dicho el actor, a quien los productores de "El rehén" tuvieron que esperar cerca de diez años por sus trabajos televisivos.

El actor, nacido en San Luis (Misuri) en 1971, afirma que el guión de "El rehén" le ganó porque "era increíblemente tenso" y celebra que se haya conseguido hacer la película que a él "le gustaría ver en el cine". "Tal vez no genere todo el dinero del mundo, pero sé que resonará entre las personas adecuadas", considera. Con varias películas pendientes de estrenar, Hamm asegura que elige sus proyectos "bien por personas con las que quiero trabajar o por las historias que se cuentan", aunque "suele pesar más la historia", admite.