El Gobierno chino, que durante décadas forzó a millones de parejas a tener solo un hijo, ahora está buscando métodos opuestos para animar a los matrimonios a tener dos o más. De hecho, el Ejecutivo proyecta multar a aquellos que tengan un solo vástago o ninguno, lo que ha causado una gran polémica. La idea es que este colectivo aporte un porcentaje de su sueldo al Estado periódicamente mientras no tenga descendencia.