Alta impulsividad, sin conciencia de riesgo y con delirios de inmortalidad. El diagnóstico, realizado por educadores y psicólogos, se corresponde con el perfil de aquellos que practican lo que se conoce como "selfies" extremos. Es decir, hacerse autorretratos con su móvil en lugares en los que su vida pueda correr peligro, como en lo alto de un rascacielos, en mitad de un huracán o junto a un feroz león. El número de heridos que dejan estas prácticas provoca que salten todas las alarmas, informa Efe.

En algunos casos la foto acabó en tragedia. Uno de los últimos casos fue hace muy poco, el de un joven de 17 años que se hacía fotos con un amigo sobre un tren en la localidad madrileña de Coslada, que resultó herido grave al sufrir una descarga eléctrica y caerse desde uno de los vagones. Tuvo suerte, en otros casos los "retratados" no pueden enseñar a sus amigos como quedó la foto.

¿Cómo explican los psicólogos estos comportamientos? Según Juan Castilla, psicólogo clínico, los jóvenes que realizan estas "fotos autobiográficas no miden realmente las consecuencias de lo que están haciendo" ,y no lo hacen "porque no tienen desarrollada una parte del cerebro que se llama lóbulo frontal, que es el que controla el tema del riesgo". Esto provoca que carezcan de conciencia real del peligro al que corren.

Pero, además, cuando hacen un "selfie" de este tipo su capacidad de atención se reduce porque su visión se centra en la pantalla, no en el entorno global, y omiten otros estímulos que en algunos casos les podrían salvar la vida, argumenta Castilla.

Otro psicólogo clínico, Sergio García, experto en intervención social, coincide con el diagnóstico de Castilla y argumenta que "si una persona se hace una foto haciendo el pino en un rascacielos tiene una alta impulsividad y el principio de realidad alterado. En esos momentos se mueven más por querer aparentar y por el afán de estar dentro de un circuito social".