Matt Dillon será siempre recordado por su participación en el díptico que Francis Ford Coppola armó sobre la obra de la escritora Susan E. Hinton: "Rebeldes", en la que interpretaba a Dallas Winston, y "La ley de la calle", en la que encarnaba a Rusty James, el hermano de un sonado "chico de la calle" que bordaba Mickey Rourke. Desde aquel año de 1983 en el que filmó esas dos películas, la carrera de este actor nacido en Nueva Rochelle, en el estado de Nueva York, en 1964 ha transitado siempre en los márgenes de la industria, con ocasionales momentos de esplendor en la taquilla ("Algo pasa con Mary", 1998) o en el reparto de premios, con el hito que supuso su nominación al "Oscar" al Mejor actor de reparto por "Crash" (2006).

Dillon recibió ayer la "Espiga de Honor" en la jornada inaugural de la 63 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci). Pero antes de recoger una distinción que reconoce toda su trayectoria, se reunió con los medios españoles y no dudó en mostrar la misma independencia y rebeldía que transmitían aquellos personajes que le dieron fama a principios de los ochenta.

Su primer dardo fue para Donald Trump, reclamando "liderazgo" para acabar con personajes como el actual presidente de los Estados Unidos. "Nadie está contento con esta situación", reconoció Dillon, quien se preguntó "dónde están los líderes que van a cambiar el mundo". El intérprete lamentó además que en la actualidad se cometan "muchas injusticias" en el mundo, como las matanzas en colegios y "nadie hace nada", ha lamentado.

Respecto a Hollywood, Dillon reconoció que "nunca he sido un gran fan de la industria", y que "no he querido entrar en su juego comercial y político". Esa posición, sostiene el intérprete, le ha granjeado "críticas y aislamiento" que ha combatido asumiendo el lema de su padre: "lo que digan de mi no importa".

El intérprete, que protagoniza la nueva película del controvertido Lars von Trier, se mostró además preocupado por las actitudes de los jóvenes. "Las generaciones son fronteras artificiales pero es cierto que reina la hipersensibilidad entre los más jóvenes y nunca sabes cuándo vas a resultar ofensivo para alguien", reflexionó el intérprete. Una situación que está provocando, según Dillon, que "la gente tenga miedo de ser honesta" y que muchos artistas opten por la "autocensura". Pese a todo, el interprete recuerda que "todo el mundo tiene que ganarse la vida" y que es "arriesgado" ser actor. "Hay trabajos que dan miedo, vergüenza o que tocan el ego" pero esa osadía suele dar lugar a un "sentimiento de recompensa", ha admitido. De hecho, ha confesado que tuvo esa sensación "todos los días del rodaje" del filme "The House That Jack Built" ("La casa de Jack"), dirigida por Lars von Trier .

El actor ha descrito a von Trier como un director "oscuro", aunque lo sitúa "entre los mejores", y cree que "no puede existir un personaje más malvado" que Jack, a quien interpreta, pues se trata de un asesino en serie.