T. PERTIERRA

La escritora asturiana María Teresa Álvarez estaba ayer radiante por doble motivo: su novela "La hija de la indiana" llegaba a las librerías y, además, firmó ejemplares de su obra en el Rastrillo de Nuevo Futuro en Madrid, que este año celebra su 50.º aniversario. "Estoy contenta con mi nuevo libro", dijo a LA NUEVA ESPAÑA, "y espero no defraudar a los lectores. Me encanta el hecho de que hoy, martes y 13, haya salido a la venta 'La hija de la indiana', que es mi libro número trece. Mi mayor reto es conseguir que la novela interese y entretenga. Mi mayor alegría, que los personajes se cuelen en el corazón de los lectores". Algo logró con creces con una de las lectoras que se acercó a pedir un ejemplar firmado por la autora: "Me dijo que la había leído en una noche".

Escenarios de su novela: Candás, Oviedo, La Habana, Pinar del Río y Trinidad. Años 1920 a 1930. Recrea la vida de Marina y Silverio y con un especial protagonismo para Rosita, "la hija adoptiva, que se va haciendo mujer. Amores, desamores, despecho. Verdades que es mejor no conocer y que la familia esconde para evitar sufrimientos; la vida misma".