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MARIO PELÁEZ | Asturiano, divulga ciencia como la drag queen Sassy

"Lucho para que las minorías se empoderen en la ciencia"

"La noción que se tiene de seriedad en el mundo académico es de rigidez, de no salirse de la norma; lo que se puede ser, a la vez que se da espectáculo, es riguroso"

Mario Peláez, ante su Facultad. SINC

"Soy Dr. Sass, activista LGTB abiertamente bisexual, drag queen amateur y estudiante de Física". Así se presenta a pestaña descubierta el asturiano Mario Peláez (Langreo, 1992), estudiante de doctorado en el Instituto de Nanociencia de Aragón que luce ropajes de reina para hablar de la investigación y denunciar la discriminación de las mujeres, las personas racializadas y el colectivo LGTB+ en los laboratorios. Sus vídeos en las redes sociales le han convertido en un fenómeno viral como "Sassy Science".

- ¿Cómo llega un chaval de Langreo a fenómeno viral divulgando ciencia?

-¡Uf! No diría tanto. No esperaba que le gustase a tanta gente, llevaba ya seis meses subiendo vídeos y con las 60 personas que me veían estaba ya la mar de contento. La parte de divulgación viene claramente de que dentro del proyecto en el que estoy, "Enabling Excellence", hay formación obligatoria en comunicación y business y nos piden que, en forma de reto (Grand Challenge), pongamos una o ambas formaciones en práctica. Está claro cuál de las dos escogí. El medio viene mucho de mi asociación aquí en Zaragoza (Somos LGTB+ Aragón), que desde que entré siempre ha tenido mucha cultura travesti y me ha empoderado muchísimo para hacerlo.

- ¿Reacción en las aulas?

-Mi supervisor al principio no entendía qué quería hacer, pero nunca dejó de apoyarme, y desde entonces siempre me ha felicitado por el proyecto. El coordinador de mi proyecto estuvo bastante entusiasmado con la idea en cuanto supo qué era lo que quería hacer. De mis compañeros, tanto de proyecto como de laboratorio, la verdad es que ha habido opiniones diversas, pero en su mayoría han sido buenas.

- ¿Que le comparen con la cantante Conchita Wurst le cansa?

-No te voy a mentir, un poco. Pero más porque la gente sólo tiene una referencia de drag queen con barba ¡cuando hay tantísimos ejemplos de drag queens barbudas que son lo más! Desde Lucy Stoole o Hellvetika a Madame Madness o, en un contexto más cañí, Las Juanettes. Las reinas barbudas siempre hemos existido, lo que pasa es que sí que es verdad que somos las menos dentro de las drag queens.

- ¿Por qué Sassy?

-Es lo más tonto del mundo. Mi nombre drag es "Crisis Artrítica", que, honestamente, para hacer un canal de divulgación en ciencia en inglés es complicado de traducir. Justo en el verano de 2016 tuve una estancia en Bristol que coincidió con el Orgullo LGTB+ de allí (te sorprenderías cuántas veces me ha pasado, juro que no cojo las fechas a propósito). Una amiga mía que vivía cerca se vino con su novio y hablando de esto él me sugirió el nombre de Sassy Science porque le parecía que tenía gancho. ¡Gracias, Clara y Dom!

- ¿Se puede ser serio a la vez que se da espectáculo?

-No me gusta la palabra serio. Para mí, personalmente, la noción que se tiene de seriedad en el mundo académico es de rigidez, de no salirse de la norma. Lo que se puede ser a la vez que se da espectáculo es riguroso. Todos los vídeos llevan su bibliografía detrás. Porque al final la ciencia es ciencia, y, si los estudios dicen que la academia a día de hoy no es un espacio seguro para las minorías, nadie con un mínimo de criterio científico lo va a desmentir.

- La primera divulgadora de la ciencia drag queen de todo el mundo, dicen. ¿Le pesa la etiqueta?

-Ha habido controversia con esta pregunta, porque cuando ha salido la noticia de la agencia SINC, una drag queen barcelonesa llamada Lana Vuli ha dicho que ella empezó antes que yo a divulgar la ciencia en drag. Además ella comenzará a hacer un canal también de divulgación en ciencia en breve. Honestamente me da igual tener la etiqueta de ser la primera. Yo lo que quiero es que la gente se empodere para hacer ciencia.

- De pequeño quería ser...

-Uf, primero doctor (pero no como ahora, de los que curan cosas), después profesor (con dos padres profesores se veía venir), he pensado seriamente en estudiar ingenierías y filologías... Honestamente no he tenido nunca claro qué es lo que quería hacer. ¡Hay demasiadas cosas que me gustan!

- ¿Qué le enamoró del grafeno?

-Amor amor... Digamos amor-odio. Cuando te pasas semanas intentando exfoliar grafito para conseguir grafeno y no va, no va, no va... Acabas cogiéndole un poco de tirria. De hecho, el look que sale en los vídeos empezó siendo un look de Halloween que reflejaba un poco esa angustia de que las cosas no saliesen -en ese momento-. Pero sí que es verdad que, aunque es complicado de conseguir -de buena calidad y de una sola capa atómica-, es un material que, en teoría, es la fantasía de cualquier científico: la movilidad de los electrones en el material es increíble, la resistencia térmica que tiene, la resistencia mecánica... no es casualidad que les dieran el premio a sus descubridores en 2008. El mayor reto es la producción a gran escala.

- ¿Contra qué lucha Sassy?

-Más que un contra es un por. No espero en absoluto que la gente que tiene actitudes machistas, lgtbfóbicas o racistas en el mundo de la academia vaya a ver mis vídeos, y si lo hace dudo mucho que cambie su opinión. Lucho por empoderar a las personas pertenecientes a esas minorías que o bien quieren meterse a hacer ciencia, o bien ya están haciéndola. Somos válidxs. Y nuestra investigación puede ser tan buena como la del vecino.

- ¿Hay que tener los tacones bien puestos para asistir a un congreso con miles de participantes vestido de drag?

-Al principio tuve muchas dudas sobre si presentar el proyecto en drag, pero me resultaba incoherente con el propio proyecto no hacerlo. ¿Qué sentido tiene presentar un proyecto sobre no-heteronormatividad y drag como medio para divulgar ciencia sin enseñar el drag? Así que, realmente, una vez aceptaron mi abstract, mi destino estaba sellado. Por suerte iba con un compañero del proyecto (Rubén Cantón) que iba a exponer su propio Grand Challenge, un juego de mesa sobre química orgánica.

- ¿Qué diría a quienes se quedan sólo con la purpurina de la cultura drag?

-Que lean, que investiguen y que después saquen sus propias conclusiones. El drag lleva siendo una forma de arte reivindicativa décadas, y está en el núcleo de la lucha del activismo LGTB+.

- ¿Le han insultado alguna vez por ser Sassy?

-No, pero por ser Crisis sí me he llevado algún insulto por la calle. Hay gente muy borrega en este mundo.

- ¿Tuvo claro muy pronto el camino de su sexualidad?

-No sé qué consideramos muy pronto, pero las últimas personas cercanas de mi entorno con las que salí del armario como bisexual fueron mis padres, y tenía 17 años. Con mi familia nunca ha habido ningún problema, la verdad. En el colegio tuve problemas gordos de "bullying", pero creo que además de mi bisexualidad tenía otros factores, como ser afeminado, gordito o buen estudiante.

- ¿Teme que el personaje que ha creado devore al científico?

-Bueno, estoy respondiendo esto en un descanso en el laboratorio, así que honestamente creo que mi compromiso con la investigación sigue bastante intacto. De hecho, en cada vídeo que he subido siempre pido disculpas porque no puedo subir vídeos más a menudo. En el último año de tesis, no te da la vida para nada.

- Normalizar, reivindicar y romper paradigmas... ¿eso es ciencia?

-No estoy seguro de hasta qué punto el activismo es ciencia, pero sí sé que, al menos en los casos con los que trato, la ciencia está de nuestra parte. Nadie puede negar que haya un sesgo por género, raza, orientación sexual o identidad de género en las CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Y cualquier persona que haya leído algo de historia de estos colectivos puede deducir que el activismo cambia las normas a base de lucha.

- ¿Qué hay de ficción y qué de realidad en Sassy?

-De ficción las pestañas, el maquillaje y la peluca. Todo lo demás es pura realidad.

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