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Londres sube el volumen

Hombreras, chaquetas amplias, gabardinas con mangas globo y capas y vestidos con vuelo se imponen en la semana de la moda más alternativa

Estampado de cadenas con falda por debajo de la rodilla, de Victoria Beckham

Unir en la misma frase moda y Londres lleva directamente a unas conclusiones. La capital británica es, indiscutiblemente, una de las fuentes contantes de inspiración para los amantes y seguidores de tendencias. Por un lado, es una referencia en lo que se refiere a creaciones alternativas, proyectos de diseño arraigados a culturas urbanas o movimientos sociales. Pero, por otro, es una de las cunas de la tan admirada elegancia británica. Y, por eso, no sorprende que las propuestas que conforman el calendario de su semana de la moda sea un constante viaje entre ambas. Pero, a pesar de las decenas de cosas que las diferencian, hay una serie de elementos que comparten. Y, en la última edición de la London Fashion Week, que ha concluido esta semana y en la que los diseñadores han presentado sus propuestas para el invierno 2019-2020; ha quedado demostrado que el volumen será el gran protagonista cuando termine el año. Hombreras marcadas, chaquetas masculinas oversize, gabardinas con mangas globo, vestidos y faldas con vuelo, y plumíferos y capas de tamaño XL pasearon constantemente por las pasarelas repartidas por diferentes localizaciones de la ciudad del Big Ben.

El diseñador JW Anderson dejaron claro que la silueta será amplia y desestructurada o no será. Las capas flotan sobre el cuerpo, las gabardinas se visten como tercera o cuarta capa, los vestidos bailan con el viento y las chaquetas adquieren unas dimensiones geométricas dignas de la puntura cubista. También firmas de carácter marcadamente bucólico y fantasioso apuestan por el volumen XL. Así, Erdem remata sus capas y sus faldas y vestidos de corte años 50 con lazos de gran tamaño que dan todavía más tamaño a la silueta. Por su parte, Alexa Chung concentra el volumen en los hombros, demostrando que la silueta en triángulo invertido típica de los 80 no pasa de moda. Jerséis con pantalones cullotte de pana, vestidos de terciopelo con volantes, piezas de piel y denim desgastado protagonizan su propuesta. Mary Kantranzou se rinde a los volantes y las plumas para crear piezas escultóricas y divertidas. Y Emilia Wickstead a las formas redondeadas en vestidos de grandes escotes y estampados florales.

El mix de tejidos es otra de las grandes tendencias según los diseñadores de la semana de la moda londinense. Burberry apuesta por los trench de corte clásico con bordados de lo más naif. Vivienne Westwood por monos segunda piel grafiteados con camisas masculinas o por plumíferos con corsé y falda de colegiala. Zilver convierte las cazadoras en falda, con la piel y el borrego como elementos principales. También la mezcla de tejidos se impone en las piezas más delicadas de JW Anderson, como en sus vestidos de punto y lana con sedas en tonos pastel.

La sastrería, siendo fieles a esa línea más clásica y tradicional de la cultura británica, está muy presente en las propuestas para el próximo invierno. Trajes masculinos con chaquetas oversize llenos de cuadros, trajes de falda lápiz en tonos neutros con toques en flúor para romper el monocromo, o abrigos de corte clásico y largo XL. Los estampados se apoderan de los vestidos, como las cadenas de Victoria Beckham o las flores y el tartán en Roberta Einer o Richar Quinn. Los colores, aunque el beige sigue predominando, dejan claro que tienen mucho que decir. Y que el invierno 2019 el naranja, el rojo, el amarillo y el verde pisarán con fuerza.

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