El "Gran Wyoming" y el humorista Luis Piedrahita serán dos de los platos fuertes de la programación de los próximos meses de Gijón. El primero visitará la ciudad el 17 de mayo y lo hará de la mano de su banda "Los insolventes", con la que dará un concierto en la sala Acapulco. "Wyoming" no es sólo presentador, escritor, actor y humorista, también es músico. En este recital, ha adelantado, repasará "las canciones que han marcado su vida", en un repertorio "que recorrerá la historia del rock and roll desde los años 50, con canciones de Chuck Berry o Buddy Holly, hasta el siglo XXI con temas de Jet o Smash Mouth". Otro artista que no deja de sorprender es Luis Piedrahita. El humorista e ilusionista, habitual colaborador de "El Hormiguero", estará en la Laboral el 8 de junio con el show "Las amígdalas de mis amígdalas son mis amígdalas", con el que busca demostrar que "el humor es un arma de construcción masiva". Las entradas para ambos están disponibles y tienen un precio de 12 y 15 euros respectivamente.

La Reina, acompañada por el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y el ministro de Cultura, José Guirao, entre otras autoridades, ha conocido las obras que se exhiben en dos de las tres sedes que acogen la exposición, la iglesia de San Pedro y el monasterio de la Ascensión. A ellas se suma la ermita de la Piedad, y entre las tres reúnen noventa piezas consistentes en esculturas, relieves, orfebrería, óleos, indumentaria y libros procedentes en su mayoría de las once diócesis castellano-leonesas. El hilo argumental de la exposición se fundamenta en el significado y trascendencia de los ángeles en la tradición cristiana.

El Greco, Juan de Juni, Gregorio Fernández o Gil de Siloé son algunos de los pintores y escultores que están representados con sus obras en los tres espacios de la exposición, que podrá visitarse hasta el próximo mes de noviembre. Aunque doña Letizia ya había visitado alguna de las anteriores ediciones de "Las Edades del Hombre", es la primera vez que lo hace como Reina.

Al tratarse de espacios distantes entre sí unas decenas de metros, la Reina se ha trasladado a pie de uno a otro paseando por las calles del municipio, muchos de cuyos habitantes se han agolpado en las vallas que fijaban el perímetro del itinerario para poder saludarla. Doña Letizia ha respondido a esas muestras de cariño, ha hecho el recorrido dando la mano a centenares de personas, conversando brevemente con algunas de ellas, especialmente varias ancianas y grupos de escolares, y posando para selfis. Con una señora de avanzada edad se ha detenido a conversar en los últimos metros de la calle y ha recogido el bastón de otra persona que había caído al suelo.

También ha aprovechado su presencia en el Monasterio de la Ascensión para mantener un encuentro con las monjas de Santa Clara que viven allí en régimen de clausura, y fuera de su agenda oficial, al término de la visita, se ha reunido con las dominicas del convento de San Blas.