La impecable trayectoria de Trevor Nunn sobre las tablas (con tres premios "Tony" y un brillante currículo) contrasta con su pobre bagaje como cineasta, donde acumula una decena de títulos para televisión y algunas películas poco memorables. "La espía roja", su tercer largometraje cinematográfico, no mejora esa trayectoria, pese a que los mimbres eran buenos. Con un guión inspirado en la historia de Melita Norwood, una mujer británica que durante décadas ejerció como espía soviética sin ser descubierta, "La espía roja" alterna el drama de la mujer, ya anciana, al descubrirse su vida oculta, con el relato de su iniciación en el espionaje, por parte de un antiguo amor, durante su período universitario. Pero este potencial se diluye con un tratamiento convencional tanto en lo formal como en su resolución narrativa, que limita además las buenas actuaciones de Sophia Cookson, que interpreta a la protagonista en su juventud, y especialmente de Judi Dench, la mujer anciana, que sigue instalada en la excelencia.