Había expectación por comparar las fotografías de ayer a las puertas de la catedral de Mallorca con las de hace justo un año. El Rey Felipe, la Reina Letizia, sus hijas -la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía- y doña Sofía cumplieron con la tradición y asistieron a la misa de Pascua que pone fin a la Semana Santa. Pero si en 2018 las cámaras captaron a doña Letizia tratando de impedir que la reina emérita se fotografiase con sus nietas, ayer todo fueron sonrisas y miradas cómplices entre ellas. Hubo una destacada ausencia: la del don Juan Carlos.

Las reinas no sólo se intercambiaron sonrisas durante el posado oficial sino también comentarios distendidos. Tanto a la entrada como a la salida del templo, la familia real fue recibida por parte de mallorquines y turistas por vítores: "¡Os queremos!", "Viva el rey", "Viva España!", "Viva la familia real". Un gran número de ello se pudieron llevar además un selfi de recuerdo. Pese al desapacible día, que obligó incluso a doña Letizia a protegerse bajo un paraguas de la lluvia, los monarcas dedicaron unos diez minutos a los ciudadanos al término de la misa.

Mientras los reyes y sus hijas terminaban de estrechar manos, doña Sofía fue la primera en introducirse en el coche en el que había llegado al templo mallorquín, conducido por Felipe VI. Doña Letizia iba en el asiento del copiloto, mientras que la princesa de Asturias y la infanta Sofía en la parte de atrás junto a su abuela. Al tratarse de un acto de carácter privado y, máxime estando de por medio una campaña electoral, no hubo presencia de representantes de las instituciones más allá de la delegada del Gobierno, Rosario Sánchez.

El obispo de Mallorca, Sebastiá Taltavull, ofició la misa y en su homilía tuvo un recuerdo para las víctimas católicas de los atentados terroristas perpetrados ayer en Sri Lanka, en los que murieron 200 personas y otras 450 resultaron heridas. Los miembros de la familia real, que siguieron la eucaristía desde el primer banco del templo, se dieron en ese momento la paz. Felipe VI se situó en el primer lugar de ese banco y a su izquierda, por este orden, la Reina Letizia, la Princesa Leonor, la Infanta Sofía y doña Sofía.

La disposición a la entrada del templo fue distinta mientras posaban para los fotógrafos: el rey en el centro, a su derecha su esposa y su primogénita, y, a su izquierda, su madre y la segunda de sus hijas. La reina asturiana eligió para la ocasión un vestido camisero azul marino con flores blancas y cinturón azul.