"Camela" es otro rollo. María Ángeles y Dioni pueden hacer lo que les dé la gana, hasta podrían pasar de ir a uno de sus conciertos y poner dos vacas pintas en su lugar. El público apenas se enteraría. Para el profano es imposible seguir el concierto y apreciar algo de la letra o la voz de los cantantes. Desde el minuto cero, y eran las 00.30 horas cuando empezó el concierto de la sala Estilo de Oviedo, el público no es que cante las canciones, es que no se le escapa ni una sola palabra. Los "Camela" han llegado a un nivel en sus primeros 25 años de carrera que pocos grupos pueden soñar. Habían cancelado el concierto el pasado mes de marzo poco antes de empezar y el viernes noche (o sábado de madrugada, más bien) saldaron la deuda.
Estilo estaba abarrotada, las entradas se habían agotado en marzo y las pocas que se devolvieron con el cambio de fecha no duraron mucho. Sus seguidores hacen lo que sea para verlos en directo. Es pasión. Ellos lo saben y lo agradecen con un espectáculo sincero y sin tonterías. Tienen éxitos rotundos y es lo que quiere el público. Un poco de baile, música y sinceridad. Cuando un cantante puede dejar de cantar canciones enteras porque lo hace el público es porque se lo ha currado mucho y lo ha hecho muy bien. Eso es "Camela".
