Maléfica es un monstruo. Un ser hecho para el mal. La oscuridad en el cuento. O eso es lo que nos han contado. Maléfica es, en realidad, un modelo de madre, un corazón enorme tapado por la oscuridad de unos cuernos negros. Maléfica es Angelina Jolie, la cara B de un cuento que hace muchos años dejó de ser de hadas.

La actriz estadounidense espera que "este mensaje ayude a entender mejor el lado profundo de la gente. Que no se asuman cosas. Siempre estamos asumiendo cosas. A veces, la gente que parece demasiado dura, demasiado malvada, está sufriendo mucho y, en el fondo, no es tan mala".

Angelina, cinco años después, vuelve para interpretar a Maléfica en esta reinvención del cuento clásico de Charles Perrault. Si la primera parte fue una vuelta de tuerca de lo que Perrault parió hace cuatro siglos, esta secuela, que se estrena mañana, continúa la historia y expande el universo, dando pie a hablar de muchos más temas que el relato original.

"Hacer cuentos de hadas hoy en día es algo que te da bastante libertad, porque puedes hablar de muchas cosas de una manera que no sea demasiado obvia. Puedes contar muchas historias de un modo más colorido. Hablar de temas como la diversidad o el medio ambiente de forma accesible", replicó Angelina. Porque Maléfica ya no es una historia de príncipe salva a princesa con un beso en su lecho de muerte. Disney ha dejado atrás ciertos convencionalismos y, si en la primera todo el peso recaía en Maléfica y Aurora, la otrora Bella Durmiente, esta vez el elenco se expande, con el protagonismo puesto siempre en la mujer.

A la estrella que es Angelina se ha unido Michelle Pfeiffer, en el papel de madre del príncipe que pide matrimonio a Aurora. En una historia donde siempre se ha creído que Maléfica era la cara malvada, Pfeiffer asume el rol de antagonista y desata una guerra contra la naturaleza.

La inocencia la encarna Elle Fanning en el papel de Aurora, mientras que el príncipe Philip lo interpreta Harris Dicksinson y Sam Riley vuelve a ser Diaval, el inseparable compañero de Maléfica. Angelina, sin embargo, rechaza el protagonismo de la mujer por encima del hombre. "Queremos dejar patente que el príncipe también es alguien fuerte", reconoce cuando es preguntada por la eliminación de príncipes azules. "Todos los hombres en la película son personas fuertes y eso es algo importante. Queremos mujeres fuertes, pero también hombres fuertes", reflexionó.

La fortaleza de Angelina es su unión con su hija adoptiva en la película, Aurora. Tras el drama familiar de la primera cinta, ambas vuelven a demostrar que la familia no se forma por sangre. "Estos dos personajes, Maléfica y Aurora, han sido enemigos durante mucho tiempo, y ahora los hemos convertido en madre e hija. Hemos querido esperar cinco años para la secuela, para encontrar una historia que quisiéramos contar, más relacionada con el mundo en el que vivimos ahora", señaló Fanning.

Para Fanning, esta es la primera secuela de su vida. Prácticamente su carrera ha crecido en paralelo a Aurora. La primera llamada y el primer estallido de júbilo al ser aceptada para el papel llegó cuando tenía 14 años y ahora con 21 se prepara para no defraudar a los fans.