El próximo 13 de diciembre se celebra la entrega de premios al mejor videojuego del año. Lo más curioso de todo es que entre los nominados se encuentra "Resident Evil 2", un título cuya primera edición salió al mercado el 21 de enero de 1998. La versión galardonada no es la de aquella fecha, sino una reedición completa, adaptada a los tiempos actuales aparecida a principios de este año. El mismo juego de entonces, pero actualizado al detalle.
"Resident Evil 2" no cuenta una gran historia. Su guión no pasa de película de serie B. Trata sobre dos supervivientes, uno de ellos un policía, envueltos en un apocalipsis zombie. Su misión es salir con vida de las calles y de la comisaria de Raccoon City, el escenario principal de la ciudad en la que acontecen los hechos, y descubrir por qué demonios hay muertos vivientes pululando por una urbe en la que tiene su sede la mayor multinacional farmacéutica del mundo. Spoiler: las farmacéuticas en la ficción siempre son los malos.
Lo mejor de todo no es la historia. Ni siquiera ese recurso barato de decir que "lo mejor es como está contada". Lo mejor es la sensación de vulnerabilidad que acompaña al jugador recorriendo los pasillos de la comisaría. En ese lugar, los enemigos son abundantes. Son más fuertes y no hay, ni de lejos, munición como para pensar en que el combate directo sea una buena idea. Durante gran parte de la aventura, la mejor receta para no ser comido es huir y rezar. Rezar porque a la vuelta de la esquina no aparezca un enemigo que te mande a la lona y esté esa condenada pieza del puzzle que falta para poder resolver alguno de los acertijos que propone la obra.
En tiempos en los que los videojuegos se han vuelto un entretenimiento de masas, y por ende, todo el mundo tiene que ser capaz de llegar al final, sorprende que una mecánica tan del pasado haya obtenido tan buenas críticas. Quizás influya la nostalgia, o que, en honor la verdad, el control del juego no tenga nada que ver con el anquilosado sistema de movimientos que se vio en 1998. También que hay modos de dificultad que hacen el periplo por Raccoon City más llevadero. Pero, la esencia de lo que es un buen juego, que no es otra cosa que un reto, está ahí. Lo más importante de "Resident Evil 2", por claustrofóbico que resulte, sigue siendo divertidísimo.
En 1998, Titanic arrasó en los Oscar. Hoy, no sería extraño que se hiciera un remake de la cinta, pero desde luego resultaría algo chocante que se colara entre las mejores del año contando exactamente lo mismo. "Resident Evil 2" salió en 1998 y un juego de esa fecha, comparado con lo que hay en la actualidad casi equivaldría a hablar de una cita de cine mudo. Pero es que hay películas de cine mudo que son, en esencia, mejores que super estrenos.
