El caso de la presunta violación a una concursante de "Gran Hermano", dos años atrás, amenaza con llevarse por delante el "reality" más exitoso de España, y ha causado una mancha que podría ser indeleble en la reputación tanto de su productora, Zeppelin TV, como de la cadena que emite el programa, Telecinco. Ambas compañías mantienen, desde que "El Confidencial" destapó el escándalo días atrás, un silencio absoluto ante los medios nacionales. Pero la matriz de la productora, Endemol Shine, ha respondido a "Variety", medio norteamericano muy influyente en el ámbito del espectáculo, después de que la publicación se hiciese eco de la polémica. Su reacción, plasmada en un comunicado, afirma que el equipo del programa actuó "de buena fe" buscando proteger la privacidad de la víctima, aunque la empresa "lamenta" la forma en la que se transmitió la noticia a la concursante.

La controvertida cadena de decisiones de los responsables del "reality" podría tener repercusiones penales. Los hechos ocurrieron en la madrugada del 4 de noviembre de 2017, cuando los concursantes celebraban una fiesta. Carlota Prado, que tenía 24 años, presentaba un evidente estado de ebriedad, y quien era su pareja dentro de la casa, José María López, la llevó a un dormitorio. Según se extrae de las diligencias abiertas por la juez de Colmenar Viejo, la chica estaba inconsciente y López, aprovechando esa circunstancia, habría abusado sexualmente de ella. Los responsables del programa solo intervinieron cuando la encargada de turno -la "Súper", en la jerga del "reality"- vio que la cabeza de la joven se movía de forma extraña. Al día siguiente, llamaron a Carlota Prado al "confesionario", le pusieron el vídeo de los presuntos abusos sin acompañamiento de profesionales y grabando en todo momento sus reacciones. Finalmente la presionaron para que no contara nada.

"Nos gustaría enfatizar que nunca se filmaron imágenes con la intención de ser transmitidas", asegura Endemol en su comunicado. "Sin embargo, en retrospectiva, lamentamos que la conversación en la que se informó a Carlota tuvo lugar en el ambiente del confesionario". Endemol sostiene además que el equipo de producción actuó "de buena fe" y que si le pidió a la víctima que guardara silencio fue "para proteger su privacidad y porque el incidente debía ser denunciado a la Policía".