La polémica siempre ha sido el sustento principal de "Gran Hermano". Eso no ha cambiado: en plena tormenta por su actuación durante un presunto caso de agresión sexual a una de sus concursantes de la edición de 2017, el programa producido por Zeppelin TV que emiten los canales de Mediaset está cosechando sus mejores datos de audiencia. La gala del martes, emitida por Cuatro y presentada por Carlos Sobera en sustitución del recién operado Jorge Javier Vázquez, logró un 30,7% de audiencia, reuniendo ante el televisor a más de 3,2 millones de telespectadores. Un éxito que se produce en plena estampida de anunciantes: desde que se destapó el escándalo, más de cuarenta firmas han renunciado a seguir publicitándose en el programa que, hasta hace unas pocas semanas, era la joya de la corona de Mediaset.

Las revelaciones en torno a la presunta violación y la propia sucesión de los hechos no dejan en buen lugar a los rectores de "Gran Hermano". En noviembre de 2017, Carlota Prado, una concursante de "Gran Hermano Revolution", la edición de aquel año del concurso (y la última que se disputó sin celebridades dentro de la casa), fue presuntamente violada por su pareja en el programa, José María López, cuando estaba ebria. Al día siguiente, los rectores del programa la llamaron al "confesionario" y le mostraron, sin advertencia previa ni ayuda psicológica, el vídeo de la presunta agresión sexual, grabando además sus reacciones. Al ver a la joven en shock, la persona que hablaba con ella de la dirección la instó a guardar silencio.

El vídeo con las reacciones de Carlota Prado saltó a la luz hace pocas semanas, en la web de "El Confidencial", y desde entonces las críticas contra Mediaset y Zeppelin TV han sido continuas. Aunque la cadena y la productora guardaron silencio durante varios días, finalmente la matriz de la productora, Endemol Shine, reaccionó en el momento en que un medio internacional, la revista "Variety", se hizo eco del escándalo. Endemol Shine remitió entonces un comunicado al medio estadounidense asegurando que el equipo del programa "obró de buena fe" al pedir a Carlota Prado que guardase silencio y al mostrarle esas imágenes, aunque lamentaba el modo en que se había informado a la joven de la presunta agresión sexual.

En las últimas fechas, la controversia ha vuelto a tener eco en medios extranjeros. Primero fue la BBC y, este mismo jueves, The New York Times llevó el asunto a su portada.