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LUIS TRAPIELLO | Dirige "Hojas de hierba"

"Tras 'Enterrados' necesitaba tomar aire, ver la luz, andar entre bosques"

"Espero hacer una hermosa película, dulce y ácida, también oscura por momentos, y que sea como mirar por un agujero a la realidad"

Aladino y la cierva.

Después de "Enterrados", el cineasta asturiano Luis Trapiello rueda a cielo abierto "Hojas de hierba", el viaje de "un personaje real para encontrarse consigo mismo en el que ocurrirá de todo".

- ¿El título tan poético anuncia un contenido igualmente poético?

-Creo que sí. El título alude al poema de Walt Whitman del que el protagonista irá leyendo fragmentos en off a lo largo de la película y que acompaña su viaje personal. Otro personaje le regala el libro en un momento avanzado de la trama, pero el eco se oirá desde el principio.

- ¿Qué pretende?

-Este es un proyecto de los que se cruzan en el camino, como un cachorro abandonado, y aunque tenías pensado otras cosas, ibas a otra parte, no tienes más remedio que atender a esta. La historia real de un cazador furtivo que se encuentra un cervatillo y abandona la caza debido la especial relación de amor que establece con su animal, y el viaje que deberá emprender junto a la cierva ya adulta a través de las montañas para reencontrarse con su hija y consigo mismo, era una historia muy poderosa como para dejarla pasar. Así es que sin pretender nada, espero hacer una hermosa película, dulce y ácida, y también oscura por momentos, y que sea como mirar por un agujero a la realidad, tratándose de un personaje real, que se expresa y se mueve con su verdad por delante de la cámara.

- ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene rodar a trozos en distintas etapas del año?

-Las ventajas narrativas y visuales son evidentes, mostrar el paso del tiempo en la montaña, donde los cambios de estación son tan notables y están tan presentes, revelando también el viaje en el protagonista, y todos estamos inmersos, aunque en la vida habitual de las ciudades pase tan desapercibido. Los inconvenientes son que tuvimos que rodar un poco en verano, rodaremos algo en otoño, algo más con la nieve, y dejamos el grueso de la filmación, y el viaje en sí, para la primavera. Paradójicamente esto sería muy complicado en una producción convencional, pero en una como esta, a día de hoy sin presupuesto, tal vez resulte más fácil. Alguna ventaja tiene ser pobre; dispones de tiempo.

- ¿Cómo surge la idea?

-Mientras hacíamos "Enterrados", Aladino me contó que quería ir caminando por la montaña con Bambi hasta Covadonga. En un primer momento pensé sin más en acompañarlo con una cámara. Me advirtió que viajaríamos ligeros, sin cargas. Comiendo las truchas que atrapásemos en los ríos y durmiendo al raso. La aventura se presentaba interesante, pero la cosa se fue complicando y yo soy contador de historias y no un documentalista, así que fui casando unas ideas con otras y por aquí andamos, con guiones, complicaciones, muchas carencias materiales, un equipo pequeño, pero suficiente, formado por amigos: Antonio de Benito, José Valle, Rubén Revilla, Nuria Trabanco. Algo muy cercano a la felicidad.

- Elija el género que mejor le sienta a la película.

-Si "Enterrados" era un thriller psicológico fantástico de supervivencia, "Hojas de hierba" puede ser una road movie de aventura, o una buddy movie interespecie, o yo qué sé. No me gustan mucho las etiquetas. Espero que sea una experiencia intensa y feliz.

- ¿Qué piensa hacer con ella cuando la acabe?

-No estoy pensando mucho en eso, la verdad, pero supongo que depende de quién la distribuya. Si todo sale bien, que primero hay que hacerla contra viento y marea, espero que vaya a algún festival, no lo sé. De momento vamos a intentar conseguir los medios mínimos y que la cierva no desaparezca en la berrea, y que no nieve cuando tiene que hacer sol, esas cosas? El asunto está siendo más complicado que rodar con medios y con un plan de rodaje cerrado.

- ¿Qué cuesta más, dirigir actores o animales?

-Actores, sin duda. La cierva es más previsible, dentro de su salvajismo. Pero que conste que el trabajo de búsqueda con los actores es una parte fascinante del proceso que me encanta, y aunque en este caso el actor principal, Aladino, no es actor, se está revelando como un gran intérprete delante de las cámaras.

- ¿Qué aprendió de la experiencia de "Enterrados"?

-Aprendí muchísimas cosas, fue un proceso muy largo, unos cinco años, con que ahí pasas por todo tipo de fases y experiencias y desde distintos ángulos; producción, guion, dirección. Aprendí o me reforcé en la idea de mantenerte fuerte en lograr el objetivo, en no perderlo, no perder el alma de lo que quieres contar ante la enorme marejada de situaciones, personas y problemas que se presentan cada día o cada minuto tirando en diferentes direcciones. La labor de dirigir es llevar esa almendrita flotante a buen puerto, mantener la visión global y poliédrica frente a la visión necesariamente parcial de cada miembro del equipo, tomar las mejores decisiones posibles, y hacer que el viaje merezca la pena.

- ¿Qué agenda tiene para el rodaje y el estreno?

-Esperamos rodar pequeñas partes en cada estación y el grueso en la primavera, siempre y cuando el tiempo nos lo permita, con que miramos al cielo, miramos a las instituciones que puedan ayudarnos económicamente y miramos a los ojos de una cierva. Todo muy inestable, pero estamos encontrando el buen ángulo a la incertidumbre, qué remedio. El estreno estaría bien que fuera alrededor de septiembre u octubre de 2020, pero quién sabe, lo mismo me cae otro rayo antes.

- ¿Dónde rueda y rodará?

-Rodamos necesariamente en los dominios de Bambi, en los montes de Peñamayor, Nava, y hasta donde la cierva vaya caminando. Aquí respetamos y amamos a los bichos y seguimos su ritmo.

- ¿Es una terapia tras el estrés minero?

-Sí lo es. Necesitaba tomar aire, ver la luz, caminar entre bosques, respirar. Tendría que haber pensado en una película de asesinatos en el balneario de Ledesma, o una de terror en Perlora, para el relax minero completo.

- ¿Algún modelo en mente? ¿Kurosawa, Herzog??

-Siempre me pareció ver a "Dersu Uzala" en esta historia, un hombre de la montaña que aún conserva el conocimiento antiguo de sus padres para sobrevivir, que pelea con los lobos, que se guía por el musgo en la cara norte de los árboles, que se alimenta de la tierra. Y de Herzog me gustaría pensar que heredamos cierto espíritu aventurero para meternos en esta empresa. "Dersu" y "Aguirre, la cólera de Dios" son dos películas que me han marcado desde la juventud, sí. Y por citar un ejemplo cercano, la mirada que tiene "Entre dos aguas", de Isaki Lacuesta, apuntamos en la misma dirección.

- ¿Qué cuenta en su película?

-La película cuenta sobre la compasión, sobre el amor. Cuenta la profunda transformación que esos sentimientos pueden traer. Dejar de matar. A Aladino se le humedecen los ojos cuando mira a la cierva y dice "cómo pude yo matar a animalinos tan especiales como estos". Y el viaje lleva al protagonista a ver el mundo de forma diferente, a abrirle la mirada a través de los personajes que se va encontrando.

- ¿Vendería su alma a Netflix llegado el caso?

-Me temo que sí. Me crie con la pantalla grande y la sala oscura, pero el destino último de un filme es llegar a la mayor cantidad de gente posible.

- ¿Tiene en mente un largometraje más convencional?

-Sí, lo tengo. Es un mecano bastante caro, pero intentaremos armarlo después de "Hojas de hierba", si no se cruza otro cachorro abandonado más, claro. Cada proyecto exige una forma de contar y unas dimensiones, este pide dimensiones reducidas y otros las piden más amplias. Siempre nos gustaría contar con más medios, más tiempo, proyectos más grandes para poder contar mejor y con más garantías, pero el camino es largo y la felicidad del viaje se va dando más en la escala pequeña.

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