El revuelo causado por una foto de la activista por el clima Greta Thunberg a su paso por Alemania, sentada en el suelo de un tren abarrotado, saltó de las redes sociales al mundo de la política en lo que es ya su tercer día consecutivo. Políticos de uno u otro signo se enzarzaron en una lucha por atacar o defender a Thunberg. La controversia comenzó este sábado, cuando la joven, de camino a Suecia y procedente de la cumbre del clima de Madrid, tuiteó una foto que la mostraba sentada en el suelo y rodeada de maletas, una imagen familiar para muchos usuarios del ferrocarril alemán.

La cuenta de Twitter de Deutsche Bahn comenzó por desearle un buen viaje y apuntar que el consorcio sigue esforzándose por poner más asientos y trayectos a disposición de sus pasajeros. Sin embargo, ese mensaje fue borrado, para ser sustituido el sábado por otro en los que la compañía de ferrocarriles afeaba a Thunberg que no informase "del trato amistoso y competente que has recibido de nuestro equipo en tu asiento de primera clase".

Poco después, la activista aclaró el equívoco: su tren original fue cancelado, por lo que tuvo que hacer varios transbordos hasta alcanzar Gotinga, donde sí que obtuvo un asiento. A partir de Kassel viajó en primera, sin que la joven especificase si era porque su billete original pertenecía a esa clase.