Con un teatro de la Laboral lleno hasta la bandera y recibido entre aplausos antes incluso de abrir la boca, el cantautor Coque Malla se metió ayer al público gijonés en el bolsillo en la que fue la primera actuación del madrileño en la ciudad tras el lanzamiento de "¿Revolución?", su último disco, que vio la luz en octubre del pasado año. Con un sonido a la altura y sus letras siempre elaboradas, el cantante supo aprovechar el tiempo en un derroche de rock que se alargó durante más de una veintena de canciones en directo.

El tema que da nombre al disco sirvió también de pistoletazo de salida sobre las tablas del odeón gijonés. Se tomó un calentamiento de tres canciones antes de dirigirse al público, que ya se había dado por saludado, para recordar que había acudido a la Laboral con su esposa para ver a Patty Smith en directo. "Es un honor estar en esta tierra", aseguró.

Con "Un lazo rojo, un agujero", todo el mundo se levantó de las butacas en el que sería el primer momento de muchos para ponerse a bailar. Malla, con muchos años de carretera y conciertos a sus espaldas, supo organizar un repertorio que mezcló con armonía sus "hits" de rock más pausados con la fuerza de otros temas más enérgicos. A lo largo de la cita Malla fue sumando guiños al blues e incluso al rap, y siempre con canciones bien construidas, a veces bien arropadas por la banda, como con "América", y otras mostrando músculo de su esencia de cantautor más íntimo, como en "Berlín", un tema que arrancó solo con la única compañía de su guitarra acústica.

Sonaron otros éxitos que ya empiezan a ser viejos clásicos, como la tristeza desgarradora de "Me dejó marchar", que se hizo poco menos que viral tras versionarla en compañía de Iván Ferreiro. Supo dejar unos minutos de intriga antes de los bises, pero el artista no falló a su público más veterano y cerró la cita con una emotiva interpretación de "No puedo vivir sin ti".