El rey emérito de Bélgica Alberto II indicó este lunes de que los resultados del test de ADN al que se sometió por orden de la justicia muestran que es el padre biológico de la artista belga Delphine Boël, nacida de una relación extramarital mientras estuvo casado con la reina Paola.

La Corte de Apelación de Bruselas había ordenado en mayo pasado al antiguo monarca, de 85 años, que se practicase una prueba de ADN para cotejar la información genética con la de su presunta hija y la madre de ésta, la baronesa Sybille de Selys Longchamps.

"Las conclusiones científicas indican que (Alberto II) es el padre biológico de la señora Delphine Böel", dijeron los abogados del Rey emérito en un comunicado que recogen los medios del país. Los letrados señalan que, aunque existen "argumentos jurídicos para justificar que una paternidad legal no es necesariamente el reflejo de una paternidad biológica" y el proceso adoptado le parece "discutible", el rey Alberto ha decidido no plantearlos y "poner fin con honor y dignidad a este difícil proceso".

El monarca subraya que nunca se mezcló con ninguna decisión "familiar, social o educativa" con respecto a Boël y respetó el vínculo de esta con su padre legal y añade que, cuando esta decidió romper los lazos con su tutor legal, lo hizo "a través de un proceso largo, doloroso y judicialmente contradictorio".

Delphine Boël, nacida en Bruselas en 1968, presentó su primera demanda de paternidad a Alberto II en 2013. Su existencia salió a la luz en 1999 como consecuencia de la publicación de una biografía no autorizada de la reina Paola.

Al borde del divorcio con la reina Paola

Cuando la baronesa De Selys Longchamp rompió el silencio y detalló la relación que mantuvo durante años con el entonces Rey, aseguró también que Alberto II y la reina Paola estuvieron en dos ocasiones al borde del divorcio, en 1969 y 1976, y difundió fotografías de una joven Delphine junto al entonces monarca.

Alberto II reconoció en una entrevista concedida a la emisora RTL en junio de 2014, apenas unos meses después de que estallara el caso, que su matrimonio con Paola pasó por momentos difíciles, pero nunca había reconocido la paternidad de Boël.

En octubre de 2018 el Tribunal de Apelación de Bruselas determinó que el tutor legal de Boël, Jacques Boël, no era en realidad su padre biológico y ordenó al monarca someterse a un test de ADN en tres meses. Alberto II recurrió la decisión ante la Corte de Casación, que en mayo pasado le obligó a hacerse la prueba y en diciembre se le comunicaron los resultados. Finalmente ha sido el propio monarca el que ha decidido anunciar él mismo las conclusiones.

"Este proceso no ha respetado la vida privada de las partes. Por respeto a las instituciones judiciales, el rey Alberto se ha abstenido de intervenir en los debates fuera de las salas de audiencia. He aquí por qué ha decidido reaccionar y explicar su posición en el asunto", afirma el comunicado de sus abogados.

El que fuera monarca de Bélgica desde 1993 hasta su abdicación en 2013 tiene otros tres hijos fruto de su matrimonio con la reina Paola: el rey Felipe, la princesa Astrid y el príncipe Lorenzo.