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ARCO se contagia de arte asturiano

La galería gijonesa ATM participa cinco años después de la última presencia del Principado en la feria, que acoge también la obra de Garrido, Armesto, Fontela y Ortega

El cuadro "Quotes The Studio", de Clara Sánchez

Fernando R. GORENA

Aunque ARCO 2020 no se ha contagiado del miedo al coronavirus que canceló el Mobile World Congress de Barcelona, la feria de arte ART Basel de Hong Kong y el Carnaval de Venecia, el reciente brote identificado en Italia ha abonado los recelos, precauciones y prevenciones de visitantes y profesionales y, de hecho, se ve menos gente por los pasillos de la feria. Las once galerías italianas -dos de ellas de Milán, dos de Turín y una de Bolonia, localidades del norte de Italia donde se han dado la mayor parte de los contagios- mantienen sus stands abiertos al público.

La organización ha puesto en marcha los protocolos básicos establecidos por las autoridades sanitarias por si apareciese algún caso reforzando la limpieza de los pabellones, poniendo a disposición de los visitantes dispensadores de jabón sanitario, y colocando carteles con las recomendaciones de la OMS. La feria ha decidido seguir adelante con su programación, que arrancó ayer y concluirá el próximo domingo, confiando en que el temor al contagio no merme la presencia de coleccionistas en la mayor feria de arte que se celebra en España y que cumple su trigésimo novena edición.

Cinco años después de que lo hiciera por última vez Espacio Líquido, una galería asturiana vuelve a ARCO. La galería radicada en Deva acude a la cita apostando por dos de sus artistas habituales, Clara Sánchez Sala y Adolfo Bimer -resultado de sus residencias en 2018 y 2019 en Gijón-, aunque los coleccionistas también tendrán acceso a las obras del resto del elenco de la galería gijonesa.

La avilesina Marian Garrido está presente en la propuesta de la galería mallorquina Fran Reus con una reflexión sobre la cultura, la influencia del desarrollo tecnológico y cómo el mal empleo de las herramientas conduce a límites estéticos. Y Marlborough incluye a Pablo Armesto, Hugo Fontela y Pelayo Ortega.

La apuesta que inició ATM hace un par de años por aumentar su presencia en metrópolis del Arte como Miami, Nueva York, Londres o Bruselas, además de Madrid y Barcelona, ha propiciado su inclusión en ARCO 2020. Su responsable, Diego Suárez, se mostraba ilusionado con el debut: "ARCO es una de las mejores plataformas de difusión. Veo muy bien la feria y eso que es complejo mejorar año a año de forma clara. ARCO es un verdadero encuentro de profesionales, artistas, galeristas, coleccionistas, periodistas? Opera en un tiempo y un lugar concretos pero da contenido a muchas de las acciones que se desarrollan ese año y los siguientes".

No cree que el coronavirus afecte a las ventas: "No he notado nada de esto. La organización nos transmitió que actuásemos de forma natural pero nadie está bajo psicosis. ARCO es un termómetro de la economía a nivel mundial y también puede serlo del comportamiento ante este virus. No he visto mascarillas, la gente se besa y la sicosis al respecto es cero quizá porque el perfil que viene es de gente intelectual y preparada".

El nuevo equipo de dirección de ARCO, tras la despedida de Carlos Urroz, ha considerado que, manteniendo el espíritu comercial de la venta y el protagonismo de los galeristas, el papel y la presencia de los artistas debería aumentar respecto a anteriores ediciones reforzando la composición artística de los stands más allá de una acumulación cuantitativa de obras y más obras.

Siguiendo esta premisa, ATM propone un diálogo entre la obra del chileno Adolfo Bimer y la alicantina Clara Sánchez, que ya han colaborado en ocasiones previas. "Siempre trabajamos sobre uno o dos artistas porque es la mejor manera de garantizar la visibilidad de los artistas cuando están en proceso de consolidación", comentó Suárez. Bimer debuta en ARCO 2020 con una parte del proyecto "Repetición del último día" realizado durante su residencia en Espacio 1 ATM de Gijón, una selección muy relacionada con la epidemia de coronavirus iniciada en China ya que, mediante esculturas e impresiones fotográficas, realiza una comprensión crítica de las formas en la que la salud es representada en el sistema estadístico que elabora la OMS. Y Clara Sánchez transforma en arte elementos de la literatura, la tecnología y la ciencia.

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