El coronavirus va camino de modificar el orden mundial, al menos ya ha alterado la agenda de la monarquía británica, que cambia de hoja de ruta ante una crisis sanitaria sin precedentes. Isabel II y Felipe de Edimburgo pasan la cuarentena en el castillo de Windsor; Carlos y Camila se refugian en su residencia de Highgrove; Harry y Meghan se exilian en su Shangri-La particular de Vancouver y Guillermo y Kate se quedan con sus hijos, George, Charlotte y Louis, en el palacio de Kensington.

Con la situación actual parece lógico pensar que el duque de Cambridge, segundo en la línea de sucesión al trono, después de su padre, ejercerá como representante de la Reina mientras dure el aislamiento, tal como publica en "The Daily Mail", Nigel Cawthorne, autor del libro " Llamadme Diana".

"Por su edad, el coronavirus no entraña un grave riesgo ni para él ni para su familia, por eso es de esperar un papel mucho más activo estos días", asegura el periodista, buen conocedor de los entresijos de la monarquía inglesa.

Lo cierto es que la Familia Real ha decidido confinarse sin esperar la decisión del primer ministro, Boris Johnson, que aún se esta pensando las medidas que adoptará para frenar la expansión del virus en el Reino Unido. El Gobierno británico planea ordenar en los próximos días el aislamiento de los mayores de 70 años, la población de más alto riesgo, y eso incluye a la Reina (93) y a Carlos (71), el decano de los herederos de Europa, para el que, independientemente del momento extraordinario, el hecho de que su hijo dé un paso adelante no dejará de ser un golpe de efecto más en esa larga espera por la corona. Lo cierto es que Isabel II se encuentra en plena forma. Desde su despacho, antes de abandonar el palacio de Buckingham, lanzó un mensaje a la nación y habló de un "periodo de gran preocupación e incertidumbre" y destacó la necesidad de que "todos cambiemos nuestras rutinas normales y patrones de vida regulares para el bien de las comunidades en las que vivimos y, en particular, para proteger a los más vulnerables dentro de ellos".

La Reina suplicó a sus súbditos que cooperaran en este momento difícil. Agradeció "la experiencia y el compromiso de nuestros científicos, profesionales médicos y servicios públicos y de emergencia", pero también enfatizó que "todos tenemos una parte vitalmente importante que desempeñar como individuos".

Concluyó expresando su sentido de solidaridad y responsabilidad, declarando: "Pueden estar seguros de que mi familia y yo estamos listos para desempeñar nuestro papel". Y en ese párrafo Isabel II hace una velada referencia a su nieto Harry, tercero en la sucesión al trono, que oficialmente el 31 de marzo dejará de ser parte activa de "The Firm", el apelativo por el que se conoce a la monarquía inglesa, que no hay que olvidar es una de las empresas que generan mayores recursos al país.

Así que puede que estos hechos excepcionales trastoquen los planes de independencia del príncipe díscolo y de su esposa, la exactriz estadounidense, Meghan Markle. "Todos tenemos un papel vitalmente importante que desempeñar", advirtió la Reina en su mensaje. "Podéis estar seguros de que nuestra familia y yo cumpliremos con nuestra parte", añadió.

Guillermo hizo esta semana un llamamiento a los británicos a través del National Emergencies Trust (NET), que él ayudó a lanzar hace un año con su experiencia de piloto de ambulancias aéreas. "Ante la crisis del coronavirus, tenemos que asegurarnos de que los recursos llegan de una manera rápida y efectiva. Cuando creamos el NET, con la idea de canalizar el deseo de la gente de ayudar en situaciones de emergencia, deseábamos que este momento no tuviera que llegar. Pero ha llegado y todos podemos contribuir", reconoció el Príncipe. A veces, la historia cambia de forma inesperada.