En las lejanas tierras escocesas, al norte de la isla de Gran Bretaña, lucha Carlos de Inglaterra contra el coronavirus. El heredero al trono de Inglaterra hizo ayer público que está contagiado y con 71 años está dentro del grupo de riesgo por su avanzada edad, al igual que su madre, la reina Isabel II, a punto de cumplir 94, quien está confinada con su marido, Felipe de Edimburgo (98), en el castillo de Windsor.

No obstante, la casa real británica rápidamente aclaró que Carlos -quien está acompañado por su mujer, Camila, duquesa de Cornualles-, se encuentra bien: "El príncipe de Gales ha dado positivo en coronavirus. Tiene síntomas leves, pero por lo demás tiene un buen estado de salud y ha estado trabajando desde casa durante los últimos días".

No todo han sido malas noticias en la familia, pues Camila, de 72 años, ha dado negativo en la prueba, si bien ambos están aislados en Escocia por consejo médico.

Inevitable ha sido buscar el momento en el que ha podido contagiarse. Muchos han puesto la vista en el pasado 10 de marzo, cuando coincidió en un evento en Londres con Alberto de Mónaco, quien la semana pasada contó que está contagiado por el COVID-19. Días antes se habían visto juntos a todos los miembros principales de la familia real británica en varios actos en torno al día de la Commonwealth -fue la despedida de los duques de Sussex de sus tareas de representación institucional.

El positivo del príncipe de Gales no hace otra cosa que afianzar las tesis que en los últimos días han llenado las crónicas en Inglaterra sobre el paso adelante de su primogénito, Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono. Con un padre septuagenario (y ahora infectado) y una abuela nonagenaria, el duque de Cambridge se ha quedado como cabeza visible de la familia y único motor en marcha de los Windsor, primero desde Londres y ahora desde su casa en Norfolk, donde se ha aislado con su familia, no sin antes acudir con su mujer, Catalina, a visitar a un equipo de atención sanitaria.

Carlos de Inglaterra y Alberto de Mónaco no son los dos únicos miembros de la realeza que han contraído la enfermedad. Carlos de Habsburgo-Lorena, pretendiente al extinto trono austriaco, también se ha contagiado. En España, los Reyes Felipe VI y Letizia, se han sometido al test que salió negativo, si bien la monarca se mantiene en cuarentena.