Los españoles no verán a la Princesa de Asturias, Leonor, ni a su hermana, la Infanta Sofía, aplaudiendo a las ocho de la tarde a los sanitarios o dando algún mensaje a la población como sí han hecho otros niños de casas reales de Europa en plena crisis sanitaria. No sucederá así con las hijas de Felipe VI, al menos hasta que el "paquidermo" que es la maquinaria de Zarzuela lo autorice. Con suerte esto será para cuando el coronavirus, si Dios quiere, sea agua pasada y una enfermedad más o menos controlada, lo que da idea de la lentitud de las decisiones en el entorno de los Reyes de España.

Lo cuenta Pilar Eyre en el último número de la revista "Lecturas", que el sábado se repartirá con LA NUEVA ESPAÑA. La periodista asegura que la madre de Leonor y Sofía, la Reina Letizia, propuso que las niñas tuvieran algún gesto público, y en la Casa del Rey todo fueron dudas y evasivas, algo que ha disgustado a la Reina. La actividad de esta sí ha sido intensa: ha estado en contacto con colectivos vulnerables e interesándose por cómo afrontan estos complicados días.

Según Eyre, Letizia planteó alguna tarea para sus hijas tras cumplir su cuarentena y ver que en otras casas reales sí que han abierto la agenda a sus miembros más jóvenes.