Blue Jeans dice adiós a su "mejor" creación con "La promesa de Julia", última entrega de la trilogía "La chica invisible" que califica como una obra "compleja pese a ser literatura juvenil" y con la que abre una etapa de incertidumbre creativa por el coronavirus: "No tengo ni idea de qué voy a hacer a partir de ahora".

"No salgo de casa, solo salgo a tirar la basura, ahora se me hace todo muy cuesta arriba, ni siquiera me he reunido con Planeta para ver qué será lo siguiente, el futuro no es ni blanco ni negro ahora porque con lo del coronavirus se ha aplazado todo", lamenta Francisco de Paula, como así se llama este autor sevillano, que se encerró en su casa el 7 de marzo.

Pero antes de que comenzara este confinamiento su vida era otra, y tomaba el metro ligero todos los días para ir a la céntrica cafetería donde ha creado los 13 libros que le han consagrado como el autor de referencia de literatura infantil de nuestro país. Lo hacía para escribir "La promesa de Julia", un libro con el que cierra la trilogía que arrancó en 2018 y con la que se despidió de los "corazones" que protagonizaban sus anteriores novelas para dar el paso al thriller juvenil, un nuevo género con el que ha mantenido su éxito y con el que creó el personaje de Julia, su "mejor personaje".

"Julia tiene una evolución muy rica para un autor porque he podido tratar a un personaje feliz que en el segundo libro pierde la noción de quién es, incluso no controla de quién se enamora. Y en el tercer libro la paso a la universidad con madurez y tiene una relación con una chica, es un personaje muy rico", expresa.

Blue Jeans sitúa a Julia en su primer curso de la carrera de Criminología, donde uno de sus profesores le propondrá analizar el caso de un psicólogo que murió ahorcado. Pero pronto Julia descubrirá que esta muerte no fue un suicidio. Pese a estar seguro de que "podría hacer más cosas" con ella, el sevillano (1978) dice que a este personaje le ha llegado el final, "el mejor final". Afirma: "Sí, ha sido mejor la idea final de lo que podía pensar, ha quedado como quería, es un libro complejo dentro de que es novela juvenil, con muchos matices, he recuperado la esencia anterior, hay triángulos amorosos, hay amor, temas conflictivos de jóvenes. Quería que fuera un final de fiesta, el último baile de Blue Jeans". Pero hay Blue Jeans para rato (tiene tres libros más cerrados). Con matices, porque con la actual situación necesita "seguridad" para saber cuándo saldrá adelante el siguiente proyecto: "No sé si será este año o el siguiente".

"Se cierra una trilogía, llevo 13 libros juveniles escritos y me lo he tomado como si fuera mi último libro de juvenil y por eso quería despedirme por todo lo alto, lo he llenado de guiños a mis lectores de toda la vida, incluso con personajes de otros libros", explica no sin adelantar que en su cabeza tiene "muchas tramas, muchas historias que pueden ser tramas policiacas y thriller", aunque no asegura que continúe por esta línea.

El palacio de Kensington ha tenido que hacer frente a la publicación de un reportaje que no les ha gustado nada. La revista "Tatler" ha dedicado su número de verano a Catalina Middleton con un extenso reportaje que titula Catherine the Great, Catalina la grande, en una comparativa con la emperatriz rusa.

El texto está firmado por la aclamada periodista Anna Pasternak, toda una experta en la Casa Real británica que afirma tener testimonios muy relevantes del círculo más cercano de la duquesa.

Entre las cosas que cuenta este reportaje, lo que más destaca es el origen del enfrentamiento con Meghan Markle. Mucho se había hablado de la mala relación que podían tener ambas cuñadas. Aunque en un primer momento parecía que se llevaban a las mil maravillas, las aguas empezaron a enturbiarse cuando el compromiso entre la actriz y el príncipe Enrique se hizo real. El motivo de la disputa entre ambas mujeres fueron unas medias, algo tan insignificante que parece ilógico, pero que como señala Anna Pasternak marcó un antes y un después en su relación.

El enfrentamiento por estas medias se dio en la boda de Meghan Markle y el príncipe Enrique. La duquesa de Cambridge quería que las damitas de honor -una de ellas era su hija Carlota- llevasen medias debajo sus vestidos porque así lo marcaba el protocolo.

Por su parte, Meghan estaba en contra pues consideraba que las pequeñas iban a pasar calor y a estar incómodas al celebrarse su boda el 19 de mayo.

Finalmente ganó la novia y Catalina se quedó compuesta y sin medias. Una tirantez que habría ido a más hasta que este mes de enero los duques de Sussex anunciaron su salida de la Casa Real británica. Esta decisión tampoco habría gustado nada a la esposa del príncipe Guillermo, que siente que esta situación les va a aumentar la carga de trabajo.

En respuesta a este reportaje, la casa de los duques de Cambridge se ha apresurado a desmentir algunas informaciones y a asegurar que los datos que aporta la periodista no son del todo ciertos. Au n así no dice nada de si el tema de las "medias de la discordia" es cierto o no, un silencio administrativo que podría ponernos en la pista de que fue un suceso real.

Por otro lado, el duque de Cambridge, nieto de la reina Isabel II, ha admitido que su vista deficiente le ayudó a superar la ansiedad que le producía tener que pronunciar importantes discursos, ya que veía borrosos los rostros de la audiencia.

El hijo del príncipe Carlos y segundo en la línea de sucesión al trono británico, de 37 años, hizo esta confesión con motivo de un documental sobre la importancia de mantener la salud mental. Al hablar acerca de una posible ansiedad por ser centro de la atención mediática, el príncipe Guillermo reveló que sí pasó por ello cuando tenía por delante discursos significativos.

"Mi visión empezó a disminuir un poco a medida que me hacía mayor, y no solía utilizar lentes de contacto cuando estaba trabajando, así que cuando pronunciaba discursos no podía ver los rostros de nadie", admitió el hijo de la fallecida Diana de Gales, en un documental que emitió anoche la cadena pública BBC.

"Y eso ayuda -agregó-, porque son rostros borrosos y porque no puedes ver a nadie que te está mirando. Puedo ver lo suficiente para leer el papel y ese tipo de cosas, pero no podría ver toda la sala. Y eso realmente ayudó con mi ansiedad".

El año pasado, el príncipe Guillermo rindió tributo a su bisabuelo el rey Jorge VI (padre de Isabel II) por las dificultades que tuvo para hablar en público debido a su tartamudeo.