El príncipe Joaquín de Bélgica asistió a la fiesta de Córdoba que está siendo investigada por la Policía Nacional por haberse reunido en ella casi el doble de las 15 personas que podrían haberlo hecho, como máximo, en la fase 2 de la desescalada en la que está la provincia andaluza. El sobrino del rey Federico de Bélgica, hijo de su hermana Astrid y décimo en la línea de sucesión al trono, dio positivo en las pruebas de covid-19 al día siguiente de la celebración, cuando empezó a mostrar síntomas compatibles con la enfermedad. Todos los invitados que coincidieron con él han sido puestos en cuarentena.

Desde el Palacio Real belga confirmaron ayer que el aristócrata belga que se sabía que había asistido a la fiesta es el hijo de la princesa Astrid y su esposo Lorenzo y refirieron que el joven, de 28 años y estudiante de Comercio, viajó a España el 24 de mayo en un vuelo comercial y con un permiso de entrada en el país, pese a las restricciones por la pandemia, para realiza unas prácticas empresariales en el país. Dos días después asistió a la fiesta de Córdoba.

Varios medios de comunicación belgas han informado de que el joven, de 28 años, mantiene una relación desde hace varios años con la española Victoria Ortiz Martinez-Sagrera. El príncipe belga había pasado los dos últimos meses en Bélgica y a su regreso a España se organizó una fiesta de bienvenida.

A la reunión asistieron 27 personas de la alta sociedad de la ciudad de Córdoba. Las autoridades municipales y de la comunidad autónoma pusieron en conocimiento de la Policía Nacional que esa celebración había tenido lugar el 26 de mayo y que cabía la posibilidad de que se hubieran cometido irregularidades en ella.

Las personas asistentes están en cuarentena y mientras se investiga qué contactos han podido mantener.