Neurocientíficas españolas han descubierto mediante experimentos de reconocimiento facial que el cerebro reconoce el rostro propio más rápidamente que otros y retiene la atención en una especie de "efecto Narciso". Los participantes del estudio debían identificar su cara, la de un amigo y la de un desconocido tan rápido como fuese posible. Simultáneamente, se fueron registrando tiempos de respuesta y la actividad cerebral mediante un sistema de electroencefalografía. Los resultados muestran que existe una ventaja en el autoreconocimiento y que puede atribuirse a la puesta en marcha mecanismos de atención que operan rápidamente en nuestro cerebro.