Un cigarrillo volando cerca de su cara fue la llama que necesitó la conciencia ecológica de Alexis Lemos para encenderse. Ahora dirige Cigabrick, empresa que aspira a revolucionar la construcción en Argentina con ladrillos hechos de colillas recicladas. Para hacerlos, el equipo del empresario lleva las colillas recogidas al laboratorio situado en Mendoza, y las separan en bolsas de entre 20 y 40 unidades. A estos "cultivos", les añaden otros elementos naturales y unos migroorganismos que "se comen" la toxicidad de la colilla y, en unos quince días, crean una pasta aislante a partir de la cual se hace el ladrillo, hasta que se prensa en un formato "similar a un Lego".