La normalidad va volviendo, poco a poco, a la vida diaria. También en lo relativo al ocio y la cultura, uno de los sectores más machacados por la pandemia del coronavirus. La representación de la obra "Mariana Pineda", de Federico García Lorca, fue la primera en la que se abrió para el público el entresuelo del principal teatro gijonés, lo que permitió ampliar considerablemente el aforo de la instalación, que hasta ahora únicamente acogía público en el patio de butacas, para cumplir con las medidas de prevención sanitaria marcadas desde las instituciones. Si en el patio de butacas únicamente podían sentarse un centenar de personas, sumando el entresuelo fueron alrededor de 170 los espectadores que ayer disfrutaron de la obra dirigida por el vasco Javier Hernández-Simón.

Un público agradecido supo valorar la representación que se vio sobre las tablas del coliseo gijonés, capitaneada por la actriz catalana Laia Marull, ganadora de tres premios Goya por sus interpretaciones en los filmes "Fugitivas", "Pa negre" y "Te doy mis ojos", con la que también se alzó con la Concha de Plata del festival internacional de San Sebastián.

Su representación del personaje creado por García Lorca encandiló ayer al público. No en vano, Mariana Pineda no deja indiferente a nadie. Es una mujer fuerte, dura, intensa, que no duda en luchar contra los elementos para mantenerse fiel a sus principios más íntegros. Y lo hace, además, sin ningún tipo de doble intención, solo siendo fiel a sus instintos, tan marcados que son la brújula que va escribiendo su destino. Marull estuvo acompañada en el escenario por Aurora Herrero, Marta Gómez o Álex Gadea.