En unos momentos tan duros para cualquier espectáculo en directo, el nacimiento del Festival Resve ha sido todo un soplo de aire fresco para la vida cultural de la ciudad. Teatro, talleres y mucha música en vivo que brinda espacios a grupos asturianos de diferentes estilos y que está teniendo una buena respuesta por parte del público. Para muestra, la actuación de Leticia Baselgas y Rubén Bada ("L-R") la tarde del pasado viernes, dos pases que llenaron el "aforo covid" de la Colegiata y que entusiasmaron a un público con muchas ganas de volver a escuchar folk asturiano en directo.

Los componentes de "L-R" cuentan con una larga y variada trayectoria en el panorama musical asturiano, y han unido fuerzas en este proyecto para ofrecer una visión renovada de la música tradicional de la región. Su encaje en la etiqueta "post-folk" nos da una idea del planteamiento del que parte su propuesta, con una apuesta por el diálogo entre tradición y modernidad que pasa tanto por la actualización de temas antiguos como por la composición nuevas piezas basadas en patrones tradicionales. No se trata de recuperar, sino de reinterpretar y mantener vivas formas y repertorios que forman parte de una tradición en la que no pueden quedar congeladas.

Esa concepción antiesencialista de la tradición y un profundo conocimiento de este repertorio es lo que permite a "L-R" adentrarse en sonoridades y giros estilísticos, a priori, alejados de los cánones del folk. Al igual que sucede con otros estilos "post" (como el post-rock), el colorido tímbrico juega un papel esencial, y Rubén Bada ejerció de hombre-orquesta combinando guitarras y laúd y construyendo loops con percusiones y efectos vocales. Toda una atmósfera instrumental en la que destacaron los arpegios de amplia reverberación y los riffs distorsionados en las guitarras que sustentaron parte de las canciones, además de bending y slides que aportaron aires de country-blues, por ejemplo, a la "Xota d´Almoñu Moliñeira de Fonteta".

Sobre esta cuidada base instrumental discurre la voz de Leticia Baselgas, a veces irrumpiendo e imponiéndose con determinación y otras dialogando con las líneas de guitarra. Se trata de una voz con mucha plasticidad que se adapta con solvencia tanto a fraseos vivos como a notas tenidas. Destacó la acertada articulación de los versos de "A la luz del cigarru", en la que supo jugar con diferentes dinámicas, y la "Rumba d 'El Corralín" por el control de una melodía con una interválica de amplio rango.

El recital sirvió para repasar canciones de su anterior trabajo y presentar algunas del nuevo, "N.O.S", que se forjó durante el confinamiento. Fue un concierto diferente, como sucede con todos en esta nueva normalidad, aunque en el caso de "L-R" quizás más, porque sus directos suelen ir acompañados por el baile del público, que en esta ocasión no pudo levantarse de la silla y guardó todo su entusiasmo para los aplausos entre canciones y para una larga y sonora ovación final.