-Esta es la primera función después de seis meses.

Una emocionada Lola Herrera saludaba ayer, con agradecimiento y cierta dosis de emoción, al público avilesino en el que era su estreno postcovid. Llegó con "Cinco horas con Mario" y su brillante monólogo como Carmen Sotillo, "Menchu", el inolvidable personaje de Miguel Delibes que la productora Pentación puso sobre las tablas del teatro Palacio Valdés.

-¡Bravo!

En el patio de butacas, con todo el teatro en pie, se celebraba la vibrante actuación. Cerca de noventa minutos de un monólogo intenso con muchas Carmen Sotillo en el mismo texto. La dramática. La sentimental. La iracunda. La soñadora. Y también la más cabal. Igual que la voz en off de la actriz avilesina Natalia Suárez que pidió al inicio de la representación seguir dsfrutando de la Cultura. Con mayúsculas.

La gran dama de la escena española sirvió un menú esencial para los que gustan de escuchar a personajes demolidos y demoledores. "Cinco horas con Mario" la estrenó hace cuarenta años. La volvió a montar varias veces más con motivo del aniversario de la novela, del veinticinco aniversario del estreno y ahora, con el centenario de Delibes, autor de la obra original. Y ella sigue apegada a ese mismo texto desde hace cuatro décadas. Sus 85 años cumplidos no impiden a actriz y espectadores volver a emocionarse como anoche, y como todas las primeras veces.

La obra, convertida en uno de los más grandes éxitos de la dramaturgia española contemporánea gracias a la excelente interpretación de su protagonista, llega a Avilés en plena celebración del centenario del Palacio Valdés, que ha logrado colgar el cartel de completo en la segunda obra de la temporada, inaugurada el pasado fin de semana con "Rita". "Cinco horas con Mario", producida por Sabre y Pentació, permite disfrutar de la maestría de una de las grandes damas de la actuación en España. Y aunque hubo algún amago de móviles que amenazaron con importunar la función no hubo que llegar al gesto de la actriz que cuando llevaba media hora de "Cinco horas con Mario", el pasado febrero, en Zaragoza, interrumpió la función y abandonó el escenario unos minutos.

Anoche no hubo más interrupciones que la sonora ovación de despedida con la que el público agradeció una actuación de las que hacen historia.