El 68.º Festival de Cine de San Sebastián se estrenó ayer con la proyección, fuera de concurso, de "Rifkin's Festival", un rendido homenaje de Woody Allen al viejo cine europeo que ama. Conectado desde Nueva York al Kursaal a través de una pantalla de plasma, Allen señaló que su presencia, aunque sea virtual, tiene un significado especial: "Había rodado ('Vicky Cristina Barcelona') en Barcelona, en Oviedo, en Avilés y fue maravilloso. Me pregunté dónde podía rodar que no hubiera estado antes y me acordé de la hermosa y encantadora ciudad, recordé el festival y pensé hacer un guión con esa base".