Aún no es marquesa, pero a T amara Falcó ya le queda menos para ostentar el título que llevaba su padre, Carlos Falcó y Fernández de Córdoba, el marqués de Griñón, que murió el pasado 20 de marzo, a los 83 años, de coronavirus. Ayer el BOE publicó la solicitud de la hija del aristócrata y de Isabel Preysler, la "it girl", diseñadora, ganadora de la cuarta edición de "Masterchef celebrity" y colaboradora de "El hormiguero", por lo que ahora se abre un plazo de treinta días para presentar alegaciones, para que "puedan solicitar lo conveniente los que se consideren con derecho al referido título", expone el boletín.

Después de ese plazo, solo deberá esperar a que lo ratifique Felipe VI y su posterior publicación oficial en el BOE. Y es que los títulos nobiliarios en España son concedidos por el Rey, que también ha de aprobar la sucesión de estos.

La presentadora de "Cocina al punto con (el chef Javier) Peña y Tamara" (TVE), de 38 años, ha asegurado que "llevar el título de marquesa de Griñón es la mejor herencia que podía recibir".

"Mi padre me dijo: 'Es una encina milenaria que te dejo para que la lleves con dignidad'", ha declarado Tamara a "Vanitatis". Cuando Pablo Motos le preguntó en el plató del programa: "¿Para qué sirve ser marquesa?", ella le contestó con sorna: "No lo sé, porque nunca lo he sido".

Por expreso deseo de su padre, ella debería convertirse en la sexta marquesa de Griñón y sería la segunda mujer que recibiría esta distinción a título personal. Así lo dispuso su padre en el testamento.

"A mi padre lo quería, lo admiraba y lo respetaba. Solo quiero llevar a cabo una buena labor. No tengo miedo, sino que siento las responsabilidades de hacerlo bien", aseguraba Tamara también en una entrevista con la revista "¡Hola!" la semana pasada.

El marquesado de Griñón era el título más popular y al que tenía más cariño Carlos Falcó, y el que da nombre a sus famosos vinos cosechados en sus extensas fincas en Cáceres y en los montes de Toledo y fruto de las viñas de origen francés que plantó en la década de los setenta.

Él también fue el introductor en España de las uvas Syrah y Petit Verdot, así como de la variedad Cabernet Sauvignon en Castilla-La Mancha.

Sin embargo, su título de más rango, el de marqués de Castel-Moncayo, con grandeza de España, lo reservó para su primogénito, el banquero Manuel Falcó, que ya solicitó el título el pasado julio. Su hermana Xandra, que acaba de perder a su marido, Jaime Carvajal, de un infarto fulminante, ya era marquesa de Mirabel por herencia materna. Por último, su viuda, la modelo malagueña Esther Doña, seguirá siendo la marquesa viuda de Griñón.

En 1963, Carlos Falcó se casó con la suiza Jeannine Girod, con quien tuvo a los hermanos mayores de Tamara, Manuel y Alejandra, Xandra. Tras su primer divorcio, en 1967, en 1980 entró en la aristocracia del papel cuché de la mano de Isabel Preysler, con quien contrajo nupcias en 1980 en Toledo. Al año siguiente nació Tamara.

El matrimonio duró poco, pues se divorciaron en 1985. Ocho años después, el marqués se casó con Fátima de la Cierva, hija de los marqueses de Poza, nieta de los condes de los Andes y bisnieta del duque del Infantado, y con quien tuvo dos hijos, Duarte y Aldara, que ahora tienen 26 y 23 años, respectivamente.

El título nobiliario que a todas luces heredará Tamara Falcó fue creado el 25 de febrero de 1862 por la reina Isabel II a favor de María Cristina Fernández de Córdoba y Álvarez de las Asturias. Hay que recordar que en la España del siglo XXI tener un título nobiliario no conlleva ningún privilegio.