Meghan Markle, duquesa de Sussex, ha declarado recientemente que ya no tiene cuentas personales en las redes sociales "para su propia salud mental" y que no tiene idea ni le interesa lo que se dice sobre ella en internet.

Markle, quien con su esposo, el príncipe Enrique, y su hijo, Archie, abandonó el Reino Unido a principios de este año, en parte como resultado de la hostilidad de los medios británicos, ha estado haciendo campaña durante este tiempo contra los efectos negativos de las conversaciones y los comentarios tóxicos en las redes sociales.

"Para mi propio bienestar, dejé las redes sociales", dijo en la Cumbre de mujeres más poderosas de la próxima generación, organizada por la revista "Fortune".

"Tomé la decisión personal de no tener ninguna cuenta, así que no sé lo que hay ahí fuera, y eso es útil para mí en muchos sentidos", agregó la exactriz, que cerró su cuenta personal hace años y su cuenta oficial de Sussex Royal y Twitter, ahora desaparecida, y la de su marido, eran administradas por un gabinete de prensa.

También afirmó que estaba preocupada por las personas que están obsesionadas con las redes sociales, comparándolas con una adicción. "Las personas que son adictas a las drogas se denominan 'usuarios' y las personas que están en las redes sociales se denominan 'usuarios'. Hay algo ahí, algorítmicamente, que está creando esta obsesión", añadió.

Hace unos días, en una conversación con jóvenes para generar conciencia sobre la salud mental y dar consejos sobre cómo reaccionar ante los trols en internet, afirmó que en el año 2019 fue la persona más "troleada" (tomar el pelo, vacilar o gastar una broma, por lo general pesada) en todo el mundo.