El Rey Felipe VI tenía que haber inaugurado ayer un congreso virtual de turismo en Sevilla. Sin embargo, su contacto el pasado domingo con una persona que el pasado lunes dio positivo en covid-19, le mantiene aislado, obligado a guardar diez días de cuarentena. En esas circunstancias, la Reina tuvo que sustituir a su marido en la inauguración del congreso internacional Tourism Innovation Summit, que se celebra en Sevilla. Doña Letizia elogió el compromiso, profesionalidad y capacidad de sacrificio de la industria turística durante la pandemia de coronavirus y trasladó a los participantes en el evento, que se celebra presencial y telemáticamente, un saludo “con todo el cariño” del Rey. “Le habría gustado mucho estar hoy aquí en Sevilla”, declaró la Reina, y añadió: “Le ha dado mucha envidia cuando esta mañana me he despedido de él”.

Antes de intervenir en el acto de inauguración del congreso, Doña Letizia se unió al minuto de silencio que se guardó en el auditorio con motivo del día internacional de erradicación de la violencia contra las mujeres. La Reina manifestó que “es un modo de simbolizar el compromiso de una sociedad que desde todos los ámbitos expresa su rechazo contundente a esta violencia y trabaja para eliminarla”. Tras el acto, y muy cercana con los periodistas que cubrieron la información de la inauguración, Doña Letizia ha comentado cómo se encuentra el Rey y cómo lleva el aislamiento forzoso hasta que pasen los diez días obligatorios de cuarentena tras tener contacto con un positivo. Parca en palabras, pero sin perder la sonrisa, indicó que Don Felipe se encuentra “muy bien”.

Para una ocasión tan excepcional, en su vestuario Doña Letizia apostó todo al blanco y al negro. La Reina firmó uno de sus mejores “looks” de los últimos meses sin incumplir sus máximas de ahorro, reciclaje y austeridad, y recuperando uno de sus modelos qué mas dio que hablar el pasado año.

Se trata del vestido bicolor con puntitos que doña Letizia estrenó en junio del pasado 2019 en el palacio de Windsor en la ceremonia de investidura de Felipe VI como caballero de la Orden de la Jarretera que estuvo presidida por la monarca británica, la Reina Isabel II.

Un sofisticado diseño puntillista con mangas abullonadas y cuello perkins en color blanco y negro de la firma sevillana “Cherubina” que, casualmente, volvió a lucir con motivo de su visita a la ciudad andaluza.

Como complementos, la Reina apostó por dar todo el protagonismo a los colores del vestido y, con una capa negra que utilizó hace tan sólo unos días en la entrega del Premio Francisco Cerecedo de periodismo, unos salones de altísimo tacón negros y un bolso de piel blanco –que todavía no le habíamos visto nunca– ha completado un look “black and white” de lo más espectacular y elegante para la Reina.