Un Cadillac de 1938 llama la atención en Gijón entre los vecinos de Somió, en su paseo matutino. “¿Quién se casa?”, pregunta una mujer a otra que hace guardia ante la iglesia de San Julián. “No lo sé, pero está Marta Ortega”, le contesta en referencia a la heredera del imperio Inditex. “Pues me quedo un poco a ver quién aparece”, subraya la primera de ellas. Al poco salen del templo los recién casados, Pedro Bravo Varela y Carlota Pérez-Pla, ejecutivo de una financiera y consultora de una empresa, residentes en Ginebra. El primero de ellos, con familia materna vinculada a Somió, fue el motivo por el que el enlace se celebrase en Gijón. Un hecho que despertó la atención de una treintena de curiosos que observaron el desfile en la entrada y salida de la iglesia de los invitados, entre ellos un nutrido grupo de amigos de la jet, en la catalogada como “boda del año” en Gijón.

La boda del año en Gijón

Media hora antes de la ceremonia empezaron a llegar los invitados. Lo hicieron repartidos en autobuses, taxis y vehículos con chofer. El empresario Alonso Aznar, hijo del expresidente José María Aznar, acompañado de la fotógrafa y exmodelo Renata Collado, fue de los primeros en llegar. También lo hizo la actriz y modelo Inés Sastre; la sobrina del Rey emérito Juan Carlos, Simoneta Gómez-Acebo, el director de cine Santiago Zannou o el futuro marqués de Cubas, Álvaro Falcó, que acudió junto a su pareja Isabelle Junot.

Pasaban cinco minutos sobre la una de la tarde cuando el novio, Pedro Bravo, llegó acompañado de su madre, Nieves Varela, que lucía un vestido del diseñador asturiano Marcos Luengo. Cuatro minutos después la aparición de Marta Ortega, hija de Amancio Ortega -dueño de Inditex- junto a su pareja Carlos Torreta, despertaron casi el mismo interés que la novia, Carlos Peréz-Pla, que otros cuatro minutos después, tras bajarse de un Cadillac histórico. “Venga ya, por favor, que me quiero casar”, dijo con una sonrisa a los fotógrafos que le aguardaban a la entrada.

El enlace, oficiado por Luis Muiña, párroco de Somió, contó con varios guiños a Asturias. Para la decoración se eligió una moqueta de color azul, simbolizando los colores del Principado, acompañado por tonos verdes, de árboles de invernadero, recreando los bosques de Asturias. El coro ovetense “Tesitura”, con la soprano Beatriz Díaz como solista, puso la música a una ceremonia que concluyó con el “Himno de Covadonga”, antes de poner rumbo a la finca Villa María, donde tuvo lugar el banquete nupcial. “Ha sido una ceremonia muy bonita y emocionante”, señaló el empresario gijonés Luis Adaro de Jove tras la misma. “Ha tenido el sello de los novios, tenían muy claro lo que querían”, explicó el sacerdote Luis Muiña.

La ceremonia de ayer llegó como continuación de un fin de semana muy intenso en Asturias para los cerca de 200 invitados. El viernes disfrutaron de un torneo de golf organizado por el padre de la novia y una cena en el Club de Regatas.