La relación de Isabel Preysler y el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Losa es una de las más glamurosas del panorama de la prensa rosa de España y Latinoamérica. La pareja disfruta de una vida de lujo y suelen ser el centro de todas las miradas en las fiestas más exclusivas del país, así como en los eventos culturales a los que acuden con asiduidad. Pero hay aspectos singulares, y sabrosos, de su intimidad ocultos y que acaba de desvelar Tamara Falcó, hija de Preysler y Carlos Falcó, marqués que Griñón.

La pareja también lleva a cabo diferentes tratamientos para cuidarse y mantener la línea tal y como relató la hija de Isabel, Tamara Falcó, durante una de sus últimas visitas a “El hormiguero”. La marquesa de Griñón contó que Vargas Llosa convenció a su madre para acudir a la clínica Buchinger de Marbella, donde hacen ayunos durante 15 días y tratamientos para cuidar el cuerpo. Eso sí, antes del viaje, Falcó relató a la audiencia que Vargas Llosa, muy fan de la fabada asturiana, se come un buen plato de este manjar típico de Asturias antes de realizar su viaje de ayuno. Otra de las cosas que Tamara Falcó desveló también en el programa dirigido por Pablo Motos es que, después de volver de su viaje, la pareja suele ir al centro de Madrid a comer churros.