Retomando poco a poco su vida tras su inesperada separación de Ezequiel Garay después de 12 años de relación y dos hijos en común, Tamara Gorro admite que no está atravesando por su mejor momento. Sin embargo, demostrando esa fuerza y ese optimismo de los que siempre ha hecho gala, la influencer promete que pronto volverá a estar al 100 % -se ha marcado la fecha de su cumpleaños, el próximo 18 de enero- y en su entrevista más sincera confiesa que nunca se le ha pasado por la cabeza no pasar el resto de su vida con el exfutbolista, para el que solo tiene buenas palabras.

Tamara, buenos días: ¿Cómo te encuentras?

¿Qué te digo? No me encuentro bien. No de ahora. Yo sé cuál es mi diagnostico desde que empecé hace muchos meses, desde que mi psiquiatra y mi terapeuta me lo dijeron, pero yo siempre he dicho que lo diré cuando esté recuperada porque hablar de un problema que no puedes decir donde está la salida, que la salida está en recuperarse por supuesto, pero estoy centrada en recuperarme. Ya he estado bastante en cama metida y el camino ahora es recuperarme.

Un problema que quizás se ha agravado más por la separación, ¿no?

Bueno, yo creo que mi problema ya lo tenía y no puedo mentir y decir que estoy mal por esto porque sería decir ay pobrecita y no es verdad, pero todo suma y yo creo que cuando uno está con un pie cojo y de repente le dan un golpe en la otra pierna pues te desestabilizas un poco.

Nos ha sorprendido realmente porque veíamos una pareja que, si ellos se separan, yo ya no creo en el amor.

No, pero es que hay amor. ¿Por qué no hay que creer en el amor? Yo sí creo en el amor, doce años de amor y sigue habiendo amor. No hay por qué no creer en el amor, yo no dejo de creer en el amor. Sucede esto día a día en miles de parejas. Llega un momento que dices tiras y tiras y se desgasta o frenas* Ya está, nada más. ¿Motivos? Pues como todas las parejas y yo siempre he dicho que no somos pareja perfecta cuando la gente nos lo decía y yo siempre comentaba en redes que había veces que yo lo mandaba a Cuenca y él a mí a Sevilla. De verdad, no hay más.

Dicen que organizaste tú la fiesta de cumpleaños a tu marido que fue en diciembre. Era un fiestón, lo hiciste por él y de repente a los dos meses adiós. ¿Fue un intento de tu parte el intentarlo?

No voy a entrar en nada de eso, cariño. Lo siento, de verdad, pero es que si entro es pues él hizo esto y ella hizo esto y es que no ha pasado nada, de verdad. Nada grave porque si sucede algo grave yo creo que automáticamente te divorcias.

¿Qué credibilidad le das a las supuestas deslealtades de Ezequiel?

Te voy a ser muy sincera porque entiendo vuestro trabajo. Yo sé que nadie está diciendo nada por hacernos daño a Ezequiel y a mí y por lo tanto no voy a entrar, pero no voy a entrar por no dar bola a quién haya comentado, es que nadie lo ha dicho sino que lo dejan caer. No voy a sentarme cobrando a hablar de este tema.

¿Os podéis dar un tiempo y luego volver?

Yo siempre he dicho, yo no sé si os pasará a vosotros, pero muchas veces vivimos separaciones o divorcio muy dolorosos en los que hay problemas y están los hijos entre medias, eso es un horror. Entonces yo creo que, si se pueden hacer las cosas bonitas y bien, pero entre nosotros no de cara a la sociedad. Yo evidentemente si discutía con mi marido, poco que siempre lo he dicho y es la verdad, no me pongo a grabar en Instagram que acabo de discutir con mi marido ¿Quién hace eso? La vida es así, hay divorcios muy complicados y divorcios muy buenos, hay separaciones que luego acaban con un final feliz, hay veces que no hay veces que sí y no se sabe.

¿Él cómo está?

Yo prefiero que todo lo que tenga que ser para mí que yo me puedo manejar o puedo hablaros, llamaros... pero él no quiero que sufra, que no está sufriendo. Él no lo está pasando mal por vosotros porque lo estáis tratando bien tanto a él como a mi.

¿Y tú estás preparada para verle con otra persona?

Bueno, yo eso ahora mismo no se me pasa por la cabeza. Yo quiero que Ezequiel sea siempre feliz porque es un hombre extraordinario y yo jamás nunca en la vida te podré hablar mal de Ezequiel. Nunca. Ni hoy ni mañana ni pasado... si pasado me hace una jugarreta que no me la va a hacer y tampoco hablaría mal de él aquí. Somos una familia. Nos queremos, nos amamos y nos vais a ver juntos.